sábado, 26 de marzo de 2016

A cuarenta años de mi veinticuatro de marzo


Cuarenta años de aquel 24 de marzo de 1976, las reseñas de todos estos días se han focalizado lógicamente en la tragedia desatada a partir de ese día en la Argentina. No me extenderé en las sustanciales diferencias ideológicas que en la actualidad me separan con muchos de los protagonistas de aquella época porque ese es un tema para ser tratado con profunda seriedad y que los documentos de la época ratifiquen o desmitifiquen los dichos de la actualidad.
Escribo estas líneas para recordarme como fue para mí ese día.
Esa mañana amaneció con marchas militares en todos los medios de comunicación de la época, que no eran otros que la televisión en blanco y negro y la radio en amplitud modulada. Los militares proclamaban que habían tomado el control político del país, con argumentos similares con los cuales usurparon el poder en 1955, 1962 y 1966.
Un miércoles de semana sin clases, y eso para un pibe de doce años auguraba un excepcional fin de semana largo que se iban a concatenar los jueves y viernes santos, con la música sacra obligatoria por aquellos días, y la proyección de "Rey de Reyes", "Las sandalias del Pescador", "Ben Hur", "Quo Vadis", "Los diez mandamientos" en un loop televisivo que te llevaban a la tentación de crucificarse uno mismo.

Los militares, intervinieron todos los medios de comunicación dejando a salvo algo que para quienes no sentían que a partir de ese momento sus vidas tenían precio e iban a salir cazados como animales; era bastante importante y que dos años después se mostró como una herramienta descomunal de desinformación: el fútbol y la Selección Argentina.
El representativo de la celeste y blanca, fue sorprendido en plena gira por aquellos países que en ese momento formaban parte de la Cortina de Hierro. En días anteriores le habíamos ganado a Rusia 1-0, con una escenografía inolvidable; partido jugado en la nieve, con una pelota de colores para poder ser identificada por los jugadores y Loco Gatti jugando con pantalones largos.
El día del golpe, el encuentro era contra Polonia, ganamos 2-1., con la felicidad del resultado salimos con los pibes del barrio, rumbo  para el potrero. Allí adquirimos de forma gratuita municiones suficientes para cargar las armas que eran ultima moda por aquella época y que conservaba todavía una tradición prediluviana,consisten en ser parte de la misma batería de juguetes con las que nuestros hermanos mayores habían pasado sus horas de ocio: las escopetas de madera, la gomera, el yo-yo y la Pulpo de Goma.
Quizás por tener la suerte de vivir en un casa donde se compraba el diario diariamente (cuando los más populares tiraban cuatro ediciones por día), todo lo que sucedió ese veinticuatro fue más anunciado que el final de la película "Titanic".
El diario "La Razón" anunciaba en su tapa vespertina del día anterior EL FINAL ES EMINENTE, el Secretario General de la C.G.T. de aquel entonces (un tal Casildo Herrera) anunciaba desde Montevideo "Yo me borré".

Aunque en ese momento, para quienes no integrabamos familias con militancia politica ni sindical, los asesinatos ya habían comenzado hacía ya demasiado tiempo, la presencia militar era un escenario habitual y salir a la calle con documentos no fue una costumbre impuesta por los perros genocidas de Videla y Cía. en ese otoño.
La Censura era normal y habitual, y algunas costumbres tuvieron tan poco cambios de matices que el Censor más popular de la época Nestor Paulino Tato, no tuvo que cambiar de oficinas ni salir hacia el exilio. Fue el Censor oficial del derrocado Gobierno Peronista, quien decidió que  miles de peliculas nunca pudieran ser vistas y mucha de la música popular llevaba ya tiempo sin poder ser escuchada en los medios.Con lo que, su continuidad en el cargo, era un gesto natural y demostrativa que si esa década maravillosa tuvo algún esbozo de libertad, había sido acribillada y postrada en una mesa de tortura por los comando de la Triple A, creados a partir del regreso de Perón a la Argentina. Los chacales retozaron a gusto una vez muerte el líder del movimiento, y el País quedará en manos de quien mayor mérito era haber sido la viuda de presidente difunto.
No pertenezco a ninguna generación maravillosa, difícilmente a los doce años alguien pueda hacer otra maravilla que dejarle un pase al pecho a su compañero de equipo para que haga el gol que nos permitiera ganar el partido soñado. No pertenezco a ninguna camada heroica de argentinos, como tampoco se cuantos de los que fueron protagonistas de esos días serían merecedores de tal adjetivo.

Esel 24 de marzo de 1976, la Selección venció 2-1 a Polonia en Chorzow. Ese día, la Junta Militar sólo permitió que la TV transmitiera sus comunicados... y aquel partido de fútbol.
Cuenta la historia que el relator deportivo más famoso de aquella época, José María Muñoz, enviado con la selección argentina a esa gira por Rusia y Polonia, se transmitió en vocero oficial de la dictadura que se había apropiado ese día del país; transmitiendole a los jugadores del equipo nacional "Bueno muchachos, estamos felices, pero nosotros estamos comunicados con nuestro país, donde ha sucedido algo. Ha habido un golpe militar y han derrocado a nuestra presidenta” "Por suerte no hay que lamentar desgracias personales o derramamiento de sangre”,
“Muñoz nos dijo: ‘Bueno muchachos, estamos felices, pero nosotros estamos comunicados con nuestro país, donde ha sucedido algo. Ha habido un golpe militar y han derrocado a nuestra presidenta”, recordó un joven integrante de aquel plantel, nada más y nada menos que Ricardo Bochini, ya figura de Independiente y quien sería marginado luego del plantel que ganó el título en Argentina.
Como la historia depende también de los testigos de la misma, la reacción de los jugadores varía según quien contara la la historia "La noticia del golpe nos tomó por sorpresa. Estábamos concentrados y enterarse de eso fue algo muy fuerte. Allá no nos decían todo lo que queríamos saber. No sabíamos exactamente lo que estaba sucediendo. Uno siempre estaba pendiente de que a la familia no le pasara nada. El único contacto que yo tenía era telefónico, pero el deseo de todos era regresar lo más rápido posible para estar con los suyos. A medida que pasaban los días, el deseo era terminar cuanto antes la gira para estar rápido en el país", manifestó tiempo después el capitan de ese equipo albiceleste, Jorge Carrascosa.
Cuando los jugadores se enteraron de lo sucedido, estallaron de bronca. El Matador Kempes se levantó de su silla y se fue llorando a su habitación: “Detrás de él nos fuimos varios y nos encerramos. Estábamos angustiados. Nos sentíamos mal por estar tan lejos de nuestro país y que estuviera pasando eso. Saltaron varias cosas en esa habitación. ‘La puta madre, qué tenemos que hacer acá’, gritábamos cosas así, de los nervios. Y otros estaban recontra callados pero con una cara de tristeza terrible. El que estaba más amargado era Marito”, recordó Leopoldo Luque, uno de los ídolos en el Mundial argentino.
Vale la pena recordar una frase memorable que pronunció César Luis Menotti, devenido con posterioridad en maestro de una escuela de profetas, amante de los profusos discursos condenatorios sobre los elementos conservadores de la sociedad  una vez finalizado el encuentro en Chorzow: "El 24 de marzo tiene que ser un día inolvidable para nosotros"
Canal 7 televisó el encuentro y el relato estuvo a cargo de Fernando Niembro, el mismo periodista que en 1990, como vocero de Carlos Menem, anunciara los indultos a los militares, si ese mismo que se encuentra procesado por una supuesta estafa por catorce millones de pesos, en el que se encuentra involucrado el actual Presidente de la Naciòn, Mauricio Macri y que tuvo que resignar su primer puesto en la lista de candidatos a Diputados Nacionales por el actual oficialismo.

Pasaron cuarenta años, estas líneas son reflejo de lo que viví y no me contaron. Solo era un pendejo colgado de un paraíso en busca de bolillas para mi rulero. No tenía grado de combatiente, no resisti la opresión fascista de aquellos años y cuyo terror comenzó con bastante anterioridad al día del golpe. Solo era un chico acostumbrado a vivir en la oscuridad de un país, y que ahora tiene como obligación contarle su historia a su hijo de manera tal que ningún iluminado vuelva a arrastrar a otra generaciòn hacia el genocidio.















.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ultimo intento

Salvo dos o tres post políticos, escritos a modo desesperado; este blog no ha tenido actividad durante casi dos años. Un soporte obsoleto co...

Las más visitadas