viernes, 27 de julio de 2012

Historia de Escritores




“El placer paga, por eso disfruté tanto escribiendo estos retratos, y con eso tengo bastante.” (Daniel Ares) Lo descubrí en la mesa de saldos de una librería de la Avenida Corrientes, allá por el dos mil cinco. Impreso sobre finales de los noventa en una imprenta de Avellaneda, sus hojas habían adquirido un color ocre. Su portada me había gustado y eso fue lo que me decidió a llevarlo. Nunca he confiado en los comentarios de las solapas de los libros, es difícil encontrar en ellas otra cosa que elogios desmesurados sobre contenidos que habitualmente son una porquería. Allí estaban en esa foto de tapa sobre una carpeta de cordones, reposando un par de anteojos con armazón de carey, un block de notas amarillentos con anotaciones hechas con una lapicera estilográfica que reposaba sobre el mismo, dos fotos en blanco y negro con su bordes contorneados a modo de filigranas tal cual era la costumbre de los revelados de hasta fines de los años sesenta. Completaba la escenografía, una estampita boca abajo en donde se lee una plegaria escrita en inglés. Me interesó su nombre, “Historia de Escritores”. Para quienes no nos hemos criado en hogares de grandes bibliotecas, conocer la vida de los autores significa un atajo que permite decidir ir en la búsqueda de su obra o evitar el gasto de dinero o tiempo. Una arbitrariedad imprescindible para quienes no podemos recuperar el tiempo de no lectura y queremos disfrutar al máximo posible de aquellos escritores que te nutren el alma y de cuya lectura no se puede salir siendo la misma persona. Al caprichoso método de compra del libro le siguió un igual imprevisible momento de lectura. Luego de un año de encontrarse apilado entre varios, recuperé la curiosidad por ese libro. No se si lo tomé o el se apoderó de mí. En esa tarde infernal de enero, sus doscientas diez páginas pasaron vertiginosamente y se quedaron para siempre, esas dos acciones elevan a cualquier libro a la categoría de los imprescindibles. Es un libro de retratos sin serlo, porque carece de la objetiva frialdad de las minuciosas descripciones de los autores y sus obras. Es un libro de biografías sin serlo, porque no abarca con extrema minuciosidad los momentos de la vidas de sus protagonistas. Yo creo y siento que es un libro de amor.. El amor de un lector de tratar de transmitir esa pasión a otro cualquiera, para poder compartir esa magia y esa luz. Un libro de amor para compartir ese romances con otros que no se les han animado o que habiéndolos conocido no pudieron disfrutar en sus primeros encuentros esa pulsión que les permitiera internarse en las fibras más íntimas de aquellos artistas. Daniel Ares, su autor, definió lúcidamente a su libro como “carbonillas amables”, “pequeños homenajes”, “moneditas apenas de una deuda muy vieja”... Ares detalla aquel invierno de angustia en el que lo salvó Henry Miller con la “Crucifixión Rosada”, y comenta la paliza que le pegó Celine con su “Viaje al fin de la noche”, así también rememora cuanto le abrió los ojos Roberto Arlt para poder reconocer donde había nacido y en que lugar vivía. Nos hace cómplices de sus viajes con Hemingway a través del París de los años treinta, África, y el gusto de los daikiris en La Habana. Siendo parte de un país en el que fútbol lo interpreta todo, no es casual que el número de escritores elegidos sean once: Dalmira Agostini, Roberto Arlt, Honoré de Balzac, Louis Ferdinand Céline, Fiodor Dostoievsky, Willian Faulkner, Ernest Hemingway, Miguel Hernandez, Jack London, Henry Miller, Jean Arthur Rimbaud. Integrantes de un equipazo, Ares nos hace sentir la imperiosa necesidad de leerlos antes de que sea tarde. “En cuanto a su destino -al destino de este libro-mi mayor deseo sería que después de leer el retrato de Balzac, alguien corriera a comprar Papa Goriot y que después de leer el retrato de Céline, saliera a buscar Viaje al Fin de la Noche por todas las librerías. Entonces bingo mis amigos, más fiestas, más vidas para siempre. Despueś de todo, este libro es eso, una noche de ronda por los bares de la eternidad; una vuelta de copas, que esta vez si me permiten pago yo con todo gusto.” Como estas lineas, no intentan ser una reseña sobre una obra literaria, sino que guardan la humilde intención invitar a alguien que no conozco a que se aventure en sus paginas y que logre el goce que ellas me han dado; transcribiré algunas lineas del libro y que las leyes del mercado y el copyright me disculpen. BALZAC Napoléon habia decidido conquistar el mundo y transformarlo. Balzac, inventar uno propio. Estudiante apático, una enfermedad lo deja fuera de la educación formal. La vuelta al hogar burgués que sufre tropiezos financieros y excesos de gastos; lo obligan a estudiar abogacia, obteniendo su licencia a los veinte años. En ese mundo leguleyo, absorberá legislaciones, procedimientos, caso, perfiles y escenas que aunque no le interese le servirá para su unico objetivo: ser escritor. Artista descomunal, se propuso escribir “La comedia humana” a través de cien novelas. Llegó a escribir setenta y cuatro Su decisión de escribir sobre la condición humana, contó con el apoyo familiar. Su padre puso a su disposición una renta anual de mil quinientos francos por dos años. A partir de esto se desatan las tres grandes fuerzas que van a destrozar su vida: su obra, sus amantes y sus deudas. Su relación con el dinero, será la que tiene el niño con el chocolate: lo acaba o lo derrite. La primer obra , hecha publica ante el ámbito familiar, que espera a un nuevo Homero no cumple la expectativas. El padre , con esperanzas de que el juicio familiar sea injusto, somete la obra a un crítico literario amigo quien le expresa “El autor podrá dedicarse a muchas cosas pero no a la literatura”, obviamente el autor de esas palabra muere en el más negros de los anonimatos. Se metió en mil negocios, y con ilusión de novelista, fracasó uno por uno en todos. Muere su padre y con el , su fuente de financiamiento. Contemporáneamente aparece El ultimo Chuan, la primera de sus criaturas que reconoce su nombre. De buenas a mejores en 1831 publica su gran obra “La Piel de Zapa”: El mundo lo reconoce, y allí también conoce a su otro gran amor- Allí decide escribir la Comedia Humana. Victor Hugo, contemporáneo de Balzac, reconoce en él a un escritor excepcional, lo reconoce y se se convierte en su amigo. Su vida afectiva será signada por la presencia de dos grandes amores “La Dilecta” (Madame de Berny) y La Extranjera (Madame Hanska). Como ejemplo de su monumental obra, Fernand Lotte se encargó de censar “La Comedia Humana” a través de sus doce mil páginas. En ellas se identificó (con nombres, familia, profesión etc...) más de dos mil quinientos personajes a los que debe sumarse más de mil quinientos anónimos. Cumplió cada uno de sus deseos, nombró un mundo y lo hechó a rodar, se fragmentó en sus creaciones hasta fundirse en ellas y cuando alcanzó la perfección (el absoluto), se deshizo y fu inmortal. DOSTOIEVSKY Nacido en 1821, hijo de una familia cuyo jefatura la detentaba un padre despótico; encontró en los movimientos sociales de la rusia de los zares una forma de huir de la pesadilla familiar. “Fue el momento más feliz de mi vida”, con esas palabras definió su sentencia a cuatro años de cárcel a trabajos forzados en las cárceles de Siberia. Era la lógica reacción a ver como esa condena era la permuta a la pena de muerte que estaba a punto de llevarse a cabo. A los veintiocho años, Fiódor Mijáilovich Dostoievsky, acaba de nacer. Los Hermanos Karamazov, Crimen y Castigo, Memorias del Subsuelo, Los Poseídos, El Jugador, Recuerdos de la Casa de la Muerte; no representan siquiera la tercera parte de su obra. Sus libros espantan, porque Dostoievsky no pudo escribir, sino lo que vivía y su vida fue un espanto. “Dios me torturó toda vida” dicen Iván Karamázov, pero es Dostoievsky el que habla. Sus libros eran eso, las perlas de un dolor muy cutivado. Lector enfermizo, descubre a Pushkin y siendo un adolescente quiere ser como él: un gran poeta. Comunica su vocación a su padre, quien lo inscribe inmediatamente en…la Escuela Superior de Ingenieros Militares. A los diecinueve años recibe con alegría la muerte de su padre, descuartizado a mano de una docena de mujik. Ve de alguna manera cobrada la venganza contra aquel que más de una vez lo condenó al hambre, negándole aquellos pedidos que le hubieran permitido saciar el hambre en tiempo duros. Muerto su padre, condenada su alma, repartida la herencia, en pocos meses Dostoievsky se recibe de alférez, deja la escuela, se aficiona a las noches, al juego, a las prostitutas y todas las cosas al juego. En 1843, Balzac visita San Petersburgo para ver a Madame de Hanska y eso lleva a Dostoievsky a traducir/traicionar la última Obra del francés “Eugene Grandet”, obligando a su editor a reescribirlo. Esa consecuencia de la traducción de la obra de Balzac lo impulsa a escribir su propia versión de “Eugene Grandet”; “Pobres Gentes” que recibe de un par de críticos de la época , elogios de tal calibre que lo compararan con los padres de las letras rusas Pero “Pobres gentes” es demorado por la censura de manera tal que, de aquellos originales elogios, aceptación de la clase intelectual rusa y mimos iniciales rápidamente se pasaría al descrédito y puesta en dudas de los talentos del escritor. Los pequeños heroes de “Pobres Gentes” son del gusto del público, pero no de la crítica. Escribe una nueva novela “El doble”, y esta vez la crítica no se divide, la rechaza en forma unánime. Las deudas lo acechan, su “Novela en nueve cartas” no corre mejor suerte. Promedia el siglo XIX, llegan desde Europa los vientos de la Revolución Industrial. El hombre suplanta a Dios y el Progreso a la Fe. Participa de los sueños de la Revolución Social y esa participación lo lleva al paredón, transformado por la conmutación de pena zarista en cuatro años de cárcel en condiciones de extrema humillación. Sale de la cárcel, dirige un periódico y escribe una nueva novela “Humillados y Ofendidos”. El periódico es un éxito, la novela un fracaso. Todo se transforma con la aparición de “Recuerdos de la casa de los muertos”, su público resurge en multitudes. Viaja por Europa, dejando a su esposa agonizante, se enamora de otra mujer (que lo abandona por un conde español) Gana fortunas en los casino, que pierde al doble de velocidad. Vuelve a San Petersburgo quebrado, a tiempo para ver morir a su mujer entre delirios. Al mes pierde a su hermano. Vuelve a viajar, a jugar y a perder, las falta de ingresos lo obliga a firmar un contrato comprometiéndose a escribir una nueva novela a cambio de tres mil rubros dentro de un exiguo plazo, y en caso de vencerse aquel sin que la novela estuviera terminada, perdería todos los derechos sobre la totalidad de su obra. Se le ocurre un folletín…”Crimen y Castigo”, al tiempo que sufre tres ataques de epilepsia. En 1866, “El mensajero ruso” lanza los primeros capítulos de “Crimen y Castigo”. Llega el momento, faltan treinta días y no ha escrito nada. En ese lapso deberá escribir “El Jugador” Todo lo que escribe por la noche ya lo perdió dos veces por la tarde. El tamaño de sus deudas exige que trabaje el doble, contrata a un taquígrafa para que lo copie, enamorándose de esa dama de veinte años. Las deudas exigen que deban partir de Rusia y la ruleta se va llevando todo (muebles, ropa y hasta el anillo de bodas) Escribe “El idiota”, , en mayo de 1868 nace su hija Sophie; la alegría lo enloquece y deja de jugar. Dos meses después, su hija muere. Publica “El Idiota”, la critica lo rechaza y los demonios anuncian su regreso. Los críticos nacen famosos y mueren desconocidos. Escribe “Los Poseídos” la crítica lo destroza, pero su mujer esta nuevamente embarazada, vuelve a San Petersburgo aparecen “Los demonios” y luego “ Los adolescentes” Comienza a publicar “Diarios de un escritor”, la veta de oro que tanto había buscado. En 1877, la Academia Imperial, lo nombra miembro corresponsal de la Lengua y Literatura; sus finanzas están resueltas y su nombre esta en el más alto lugar que nunca. Pero en ese instante, pierde otro hijo a manos de la epilepsia. La enfermedad es su herencia mientras se aturde entre reproches. En 1879 aparece “ Los Hermanos Karamázov”, es su apogeo y consagración, se transforma en ídolo nacional. Su ataques epilépticos, van minando su salud hasta que el 28 de enero de 1881, la muerte llega y lo envuelve en uno de los más grande funerales conocidos para un escritor de la época; una despedida épica para el cristo de sus demonios. RIMBAUD El santo de los malditos. Fue cuando el verso viró carne, ya prendida su alma detrás de sus palabras. Su precocidad artística, lo hizo diferente desde el inicio. Escribe “Iluminaciones”, a los diecisiete años. Escribe “ el poeta se hace vidente mediante un largo, intenso, y sistemático desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas del amor, del sufrimiento, de la locura, buscan en si mismas, agotan en si mismas, todos los venenos para guardar de ellos tan solo su esencias” Su relación con Verlaine, condicionará su vida pero más alterara la vida de aquel. Rimbaud es el genio y Verlaine su virgen loca. Una relación signada por el exceso de hachís, de ajenjo y de grandeza. Rimbaud juega con los sentimientos de Verlaine de tal manera, que este abandona toda su vida por el poeta y este recurrentemente lo abandona. Hasta que en su último encuentro Verlaine no tolera su último abandono y le pega dos tiros y por ello va dos años a la cárcel. La sifilis, producto del descontrol llevado a los largo de sus cortos años, acaban con su vida. JACK LONDON Se emborrachó por primera ve a los cinco. A los quince era todo un delicuente. A los diecisiete era marinero de alta mar, cazando focas y ballenas. Fue traficante de opio y contrabandista de whisky. Semianalfabeto hasta los dicieocho años, a los veinticinco era el escritor más famoso y mejor pago de Estados Unidos. Entra en Berkley y a partir de allí es un hombre de dos mundos y ya no se reconoce en el mundo de las pamndilla. Con John Barkleycorn (el alcohol) encuentra duendes caprichosos, ensueños de poderío, olvido, cualquier cosa. Nacido en 1876, en el curso de 1900 publica su primer libro de relatos, “Hijo de Lobo” La vida miente para poder vivir. Viajes, alcohol, fiebres y dolencias; la uremia lo combate y contesta con el fuego graneado de whisky, barbituricos y morfina. Su ultima obra es “El vagabundo de las calles”, se suicidó el 22 de noviembre de 1916. DELMIDA AGUSTINI “Su líbido fue un anhelo de idealidad insaciable” decía de ella Rubén Darío (su maestro y amigo). Su primeras publicaciones las realiza a la edad de quince años “El libro blanco” a la edad de veinte años , es su opera prima. Su poesía lleva una electrica majestad sensual patetica que aparece estremecer como un río nuevo el paisaje de América, sostiene Manuel Ugarte amante de la novia. “Cantos de la mañana”, aparece tres años más tarde, donde reafirma el poder de su poesía y la seducción que ella produce. Su matrimonio con un corredor de seguros, dura 21 días y 20 noches. Una mañana se levanta y se va. Lo único que se lleva es un ejemplar de “La novela de las horas y de los días” que acaba de publicar Ugarte, su verdadero amor .Deja a su marido por su amante y transforma en amante a su marido. Entre el momento de la separación y su muerte, su vida se vuelve volcanica. Ugarte y Enrique Reyes, su ex marido, comparten su vida. Pero su corazón decide por Ugarte, y decide comunicarselo concretamente en una carta. Pero su amante y ex marido exige el derecho a la gracia de un último encuentro , encuentro al que ella accede para morir. La tarde del 6 de julio de 1814 se encuentran en el cuarto de una casa de alquiler. Delmira tiene veintiocho años y dos nuevos libros prontos para su publicación: “Los astros del abismo” y “El rosario de Eros”. Ambos serán postumos. En esa tarde Reyes la ultima a balazos y se suicida. No tuvo otra forma de escapar de si misma que buscando la muerte dentro del mismo ardor que la consumió. “yo muero extrañamente, no me mata la vida no me mata la muerte, no me el amor muero de un pensamiento mudo como una herida” Una vida y una obra breves, pero igualmente intensa. LOUIS FERDINAND CELINE Al momento de la aparición e inmediato éxito de “Viaje al fin de la noche”, el público esperaba con ansiedad a la talentosa dama de apellido Celine. Aquella obra, mas que un libro, es una emboscada. Louis Ferdinand Destouches nace un veintisiete de mayo de mil ochocientos noventa y cuatro. Se enrola en 1914 en la Primera Guerra Mundial, un obus provoca que los médicos que le diagnosticaran una incapacidad mental definitiva de un setenta y cinco por ciento y así de trastornado lo sueltan por el mundo. A partir de allí , no dormirá más de tres horas por día y con la llegada de sus treinta años, se recibirá de médico. Un medicucho de suburbio vencido y mal vestido, huraño y desconfiado, recibía el Premio Goncourt el mismo que poco tiempo antes había recibido Marcel Proust. Cuatro años le lleva el “Viaje al fin de la noche”. Elige el seudónimo de su madre. En mil novecientos treinta y seis viaja a la Unión Soviética; mientras publica “Muerte a Crédito” Trotsky lo había sentenciado, “podría ser un gran escritor pero jamás sería un socialista porque en el no existía la esperanza” Regresado del paraíso marxista, en mil novecientos treinta y siete, publica “Bagatelas para una masacre”; el primer manifiesto antisemita del siglo veinte. Escritor maldito, fue antisemita, y se abrazo a ellos cuando Hitler invadió París. Pagó con cárcel su decisiones, Sarte lo eligió como ejemplo del colaboracionista, la BBC de Londres lo elige como enemigo público y lo incluye en la lista de los que serán juzgados cuando llegue la victoria llegue. Y la victoria llega, pero no lo encuentra. En 1941, cuando los nazis entran en París, publica “Escuela de cadaveres” Rigadón recién ve la luz en 1969, cuando los chinos invaden París. HEMINGWAY Escribir, beber y boxear . Una trilogía que podría definir la ferrea voluntad de ser protagonista de su historia. Comienza su historia como cronista, y en su juventud presintió que plena primera guerra mundial el centro de la escena estaba allí, volvió herido pero recubierto de una pátina de heroe a traves de medallas ganadas por su heroicidad en el frente de batalla, al que llegó como ambulanciero de la Cruz roja.. Se casa, el quiere volver a Italia pero un maestro de su generación le dice que no, que el lugar es París. El único lugar que existe para un escritor. Allí comparte las noches parisinas con Scott Fitzgerald, Ezra Pound, Gertrude Stein, Ford Madox Ford, James Joyce. Escribir, boxear y beber. En 1926 pública “Fiesta”, al año siguiente “Hombres sin mujeres” “Un hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destrozado, pero no derrotado”, esa es la forma de definir el suicidio de su padre. Segundo matrimonio, segundo hijo y “Adiós a las armas”,en el relato de su experiencia como héroe de la primera guerra mundial; ventas , aplausos y fama. Viaja a África y aparte de cabezas de animales, se viene con “Las nieves del Kilimanjaro” España, la Guerra Civil, tercera esposa y “Por quien doblan las campanas”, al que la critica destroza y lo comienza a considerar acabado. Segunda Guerra Mundial, cuarta esposa,y a las criticas le responde encerrándose en su casa en Cuba , con el proposito de escribir tres novelas de las que sobrevivirá un relato sencillo: “El viejo y el mar” y allí esta de vuelta; es la consagración antes del fin. La revista “Life” publica la obra en una edición urgente que vende, en solo cuarenta y ocho horas, más de cinco millones de ejemplares. En 1953 le dan el Premio Pulitzer y al año siguiente la Academia Sueca le concede el Premio Nobel de Literatura. Ha ganado nuevamente. La revista Life le paga fortunas para que vaya a España y escriba una serie de notas sobre toros; pero su salud ya no es la misma. Son tiempos donde sigue bebiendo mucho, pero empieza a estar imposibilitado de escribir a esa misma velocidad. Su hígado roto y su creciente molestia sobre todo lo que lo rodean; los que los critican y los que los elogian, hacen que una serie de olvidables relatos vean la luz. Mary Welsh, su última esposa, lo vió tratando de escribir “ Borroneó un par de parrafos hasta que al final tiró sus lentes sobre el escritorio y con lágrimas en los ojos, me dijo que ya no sale más nada, Había una vez un hombre que no pudo superar su propia victoria y fue derrotado por si mismo. Se voló la cabeza a los setenta y dos años el dos de julio de mil novecientos sesenta y uno, WILLIAMS FAULKNER Nacido en 1897 en Mississipi, dedicó la mitad de su vida a la cosecha de tabaco y a la crianza de unos pocos animales y la otra mitad… para escribir muchas de la más grandes novelas del siglo XX. Consideró inoportuno alejarse de su tierra allá por noviembre de 1950, en tiempos de cosecha para asistir a la entrega del Premio Nobel de la Literatura que la Academia Sueca le había otorgado. Su sobrino se sorprendía por la fama de su tío “si cuenta lo que ya se sabe en este pueblo”. Faulkner era dueño de Yoknapatawpha, un condado como un mundo, con seres tan increíbles, invictos como esclavos, altivos como caballeros, perversos, nobles, apasionados, traidores, capaces de vivir por odio y matar por amor. Faulkner era su único dueño y propietario y escritor de antepasados rebeldes y confederados, aristocrata y decadente eximio jinete pésimo estudiante, bebedor profesional, un poseído. Cuando estalla la primera guerra mundial, abjura del ejercito de los Estados Unidos y entonces se enrola como piloto en la real fuerza aerea de Canadá. Formó parte, lo que en versión de Gertrude Stein, llamó “La Generación Pérdida” unos cuantos escritores, escupidos con desesperación por la primera posguerra, la incipiente industria del cine y el flamante negocio del cine americano. Contemporaneo de Hemingway, Scott Fitzgerald, Dos Passos, Faulker terminó siendo el más oscuro y es sin embargo el más brillante de ellos. Sus primeros escritos eran sistemáticamente rechazados; sin embargo escribe en la siesta de un granero, escribe bajo la lluvia, escribe. HENRY MILLER Ares escribe sobre Henry Miller, y al hacerlo descubre su secreto: la libertad del alma para gloria del cuerpo. Y describe esa forma pendular que adquirieron sus días. Llegó a los treinta años, con un oscuro futuro que señalaba el fracaso como destino. Empleado de la Western Union, casado, con una hija y su vocación de escritor sumergida bajo el peso de las mediocres obligaciones. Hasta que conoce a June, una bella bailarina que lo empuja a que se lance a las turbulentas aguas de la escritura; ella promete mantenerlo para que se dedique a su vocación y allí Ares señala “sueña que es salvado pero es el principio de su calvario y el amor es su cruz”. Miller se dedica a escribir, mientras June atiende a sus clientes, lo que obliga a Henry muchas veces a abandonar su lecho, para que su amor pueda atender a sus clientes. Un día June le deja un escrito, a modo de aviso de su partida, para irse a vivir con otra mujer. Miller parte a París. Imagina mil formas de sobrevivir allí, y sobreviviendo al hambre y las necesidades, le da forma a la primera versión de “Tropico de Cancer”, la que hace estallar por los aires cuando llega a sus manos el “Viaje al fin de la noche” de Celine. Influido por esa obra, la rehace influido por el libro del francés. La critica parisina le da buena acogida, pero eso no logra provocar buenas ventas que le aseguren escapar a su vida escasa de alimentos ni que en Estados Estados Unidos, esa libro sea calificado como la obra de un pornógrafo (estigma que lo perseguirá en su país hasta el final de sus días). El amor lo vuelve a descubrir con Anais Nin, a quien nuevamente June la roba de su vida. Liberado de la persona a quien sus propias palabras se encuentra unida por el vientre, el comienzo de la segunda guerra lo hace volver a America con “Tropico de Cancer”, “Tropico de Capricornio”, “Primavera negra”, “Pesadillas del Aire Acondicionado” y “Recordar por recordar” bajo su brazo. Pero Estados Unidos no lo liberan de las calificaciones moralistas, y sobrevive escribiendo para diarios que le aseguren el sustento para el y su cuarto matrimonio. Elige California para radicarse, y en Big Sur, sin las comodidades de esa parte del siglo XX , su esposa lo abandona cansada de las necesidades, dejandoles su dos hijos a cargo de Miller. Siente después de doce años de haberse ido, de regresar a París, y allí lo reciben como el nuevo gurú de la postguerra, dándole el reconocimiento y la popularidad que lo sacarán de la pobreza y hará que su tierra natal lo reconozca a la manera de una nueva estrella del espectáculo. Desde allí y hasta el momento de su muerte, en 1980, el viejo Miller vivirá en carne viva. De tal manera que a sus noventa años, le escribe a un amigo que se encuentra en un estado de euforia amorosa por las cartas que recibe de una admiradora cincuenta años menor que el. La pasión invita a adentrarse en sus libros, que explotan de vida. En uno de ellos (“El tiempo de los asesinos” , se pregunta ¿Es tan terrible el destino de un escritor?.. Solo si se aspira a la fama, de lo contrario, que importa que el mundo te rechace si al colocar el papel en la máquina, eres tú el que estás rechazando el mundo. MIGUEL HERNANDEZ Su destino era cuidar rebaños ajenos y arar la tierra hasta morir. Apenas leer y escribir y al monte y a pastar, que las ovejas no leen. Pero Hernandez encuentra en su entorno, la posibilidad de transformar a toda esa vida en poesía, quizás de la mejor producida en el siglo XX. Nadie como el fue tan breve y definitivo, tan leve y tan hondo, tan fugaz y tan eterno, tan popular y tan exquisito, tan maltratado y tan querido. Manuel Sijé, su mentor y amigo se le cruza en su vida en Orihuela y le alcanza hasta sus cabras a Gongora, Garcilazo, Quevedo, Cervantes, Ruben Darío y Machado. Poeta excepcional, en “Perito en Lunas” escribe “ Patio de vecindad menos vecino/ del que al fin pesa más y más se abisma/ abre otro túnel bajo tus flores/ para hacer más subterráneos mis amores” Se convierte en amigo de Neruda, Alberti, Alexaindre, Lorca. Escribe “El rayo que no cesa”. El amor hacia su futura mujer hace que escriba “tu me mueres de casta y de sencilla/estoy convicto , estoy confeso” A la muerte de su amigo Sijé la conjura con “No hay extensión mas grande que mi herida/ lloro mi desventura y sus conjuntos / y siento más tu muerte que la mía” Pero la España de 1936, no está para poesía sino para luto y sangre. Hernandez, sin dejar de escribir, se ofrece para combatir en de defensa de “La España de las pobrezas” y su poesía deja de abrevar en los azules limonares para dar batalla “Por mucho que un cadaver se defienda/ la muerte esta sitiada, acorralada / cercada por la vida más tremenda”. En 1939, la noche llega y van por el, se niega a abandonar España y esa es su condena. Las carceles será su nuevo hogar, en donde su arte resiste escribiendo para su hijo que no conoce “tu risa me hace libre/ me pones alas / soledades me quita/ carcel me arranca” En tercer aniversario de la victoria franquista, Miguel Hernandez muere enfermo y abandonado y allí dejaba su versos para que no se mueran nunca. Roberto Arlt Fue uno de los más grande. La cátedra nunca lo quiso, y se lo hizo sentir. Por eso en uno de sus aguafuertes apuntó contra “los gramáticos” que tanto lo persiguieron y los llamará sin eufemismo “ pandilla polvorienta malhumorada de ratones de biblioteca”. Tuvo diversos trabajos, hasta que su primer cuento fue publicado a la dieciocho años. Luego vivió gracias a sus notas policiales en el diario Crítica. Publicó su primer libro, “El juguete rabioso” a la edad de veintiséis años y dado su pública escasa instrucción y pulido literario, cuenta la historia que esa obra fue corregida por Ricardo Güiraldes , de manera que la misma no cuenta con ningún error gramatical a lo largo de ella, Su segundo libro, “Los siete locos” gana el Premio Municipal de Literatura. Pero para la critica se tranta nada más que de un escritor menor, populista y chabacano que pronto será olvidado El prólogo de “Los lanzallamas” (continuación y cierre de “Los siete locos” es un manifiesto personal que influenció a todas las generaciones de escritores que lo sucedieron. En un parrafo del mismo afirma “ Cuanto se tiene algo que decir, se escribe en cualquier parte. Sobre una bobina de papel o en un cuarto infernal. Dios o el Diablo están junto a uno dictandole inefables palabras. Empieza a vivir de la escritura y en 1932, llega “El amor brujo”. Sus obra de teatro se estrenan rápidamente; “Saverio el cruel” “El fabricante de fantasmas”, “La Isla desierta”, “Africa”, “La fiesta de hierro”, “El cuidador de gorilas” En el tránsito hacia el éxito, consumió muchas horas de su tiempo con inventos necesarios para salir de la pobreza. La rosa galvanizada, los puños de metal para camisas, la tintoreria para perros, hasta su registro como patente de invención registrada de sus medias gomificadas para terminar de una vez por todas con el eterno desastre de los puntos corridos. Pese a tu temprana y sorpresiva muerte, a los cuarenta y dos años, su mayor invención radica en su obra, realizada con perseverancia y venciendo finalmente la soberbia de catedráticos. Este fue el pantallazo a los escritores a los que Daniel Ares rinde homenaje en "Historia de Escritores". Este es mi homenaje al libro de Ares.