"Nos duele profundamente lo que nos pasó a los argentinos a horas de terminar el año pasado. Nos duele porque son nuestros hijos, nuestros hermanos, aquellos que comparten con nosotros el deseo de una patria mejor y que sucumbieron ante la irresponsabilidad asesina, casi masacre, que sometió a la muerte a casi dos centenares de argentinos", esas fueron las palabras del entonces Presidente de la República Argentina Dr. Néstor Kirchner en un acto celebrado el 13 de enero de 2005 en la localidad bonaerense de J.C. Paz en oportunidad de un acto para entrega de viviendas; refiriéndose a la catástrofe ocurrida en el local "República de Cromagnon" donde murieron ciento noventa y cuatro argentinos y produjo miles de heridos..
Estas palabras fueron las primeras declaraciones presidenciales sobre una tragedia sucedida catorce días antes.
"Jamás me verán haciendo escenas o tratando de capitalizar el dolor de los argentinos". Esas fueron las palabras del ex presidente en otra parte del mismo discurso, quizás a modo de justificativo por las más de trescientas cuarenta horas de silencio de la máxima autoridad política del país, ante una las mayores tragedias sucedidas en la Argentina en toda su historia.
Donde se encontraba Nestor Kirchner en todo ese tiempo de silencio? En Calafate, localidad ubicada en la Provincia de Santa Cruz de donde era oriundo, con el objeto de pasar en familia las celebraciones de año nuevo.
El presidente de un país ante un desastre que dejó mayor cantidad de muertos que los dos atentados terroristas ocurridos en la década anterior juntos (Embajada de Israel y A.M.I.A.) optó por el silencio.
El costo político de lo ocurrido en Cromagnon recayó en el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Aníbal Ibarra. Tiempo después, Ibarra fue destituido como consecuencia de la tragedia. Pero aquí cabe hacer un pequeño análisis politico de los motivos de esta destitución.
Ibarra es eyectado de su puesto no por su responsabilidad en lo ocurrido en la noche del 30 de diciembre; que obviamente la tuvo. Pierde su puesto por carecer de una estructura partidaria con suficiente peso en la Legislatura que evitara su despido.
Ibarra es el producto politico de un proyecto partidario que fracasó estrepitosamente en la Argentina (Alianza- Frepaso), con la huida en helicóptero de Fernando de la Rúa como estandarte. Un año antes de Cromagnon, había renovado su mandato en una alianza con el kirchnerismo que le permitió ganarle al candidato de centro derecha Mauricio Macri en segunda vuelta. Pero en una victoria pirrica, Ibarra tuvo que ceder al poder central la conformación de la lista de legisladores y ahí radica el verdadero motivo de su destitución.
El kirchnerismo nunca lo sintió tropa propia y lo encontró el chivo expiatorio ideal para que las responsabilidades políticas de lo ocurrido no ascendieran hacia los cargos del gobierno nacional.
El travestimo y reciclaje político tan habitual en el escenario partidario argentino, hizo que los votos que conformaron la mayoría para la destitución de Ibarra fuera integrada por legisladores que ese momento pasaron a formar parte del Kirchnerismo, cuando en realidad su banca fue obtenida a través su participación en la listas del Macrismo. Derecha o izquierda (o su patética representación de ellas), todo sirve para acobijarse bajo el calor del Poder. De convicciones mejor hablar en otro lado. Y resalto que esto va más allá de la indudable responsabilidad de Ibarra, como máxima autoridad politica de la Ciudad de Buenos Aires.
El silencio presidencial ante la tragedia durante quince días y su invisibilidad en el escenario político, lograron que Ibarra, Chabán Callejeros, el S.A.M.E., el representante de la banda, la policía federal y los funcionarios encargados de los controles e inspecciones a ese tipo de locales, cargarán de manera exclusiva con la responsabilidad de la masacre.
Cual fue la reacción de la sociedad que vive en Capital Federal y Gran Buenos Aires, de donde oriunda la totalidad de la victimas de Cromagnon?
Más allá de la congoja mediática el natural dolor de las victimas y los grupos afines a ellos; a menos de veinticuatro horas de Cromagnon, se despedía el año y comenzaba uno nuevo.
Y el grado de verdadera sensación de duelo de la sociedad la pude comprobar desde un balcón del barrio de Caballito, en el centro geográfico de la ciudad, donde tenía clara visión del oeste del Gran Buenos Aires y la zona norte de la Capital. El sur del Gran Buenos Aires se me hacía poco visible por dos grandes torres de departamentos y el estadio de Ferrocarril Oeste, pero algo se podía divisar y el panorama no era distinto al que veía con claridad.
Llegada las doce de la noche de aquel treinta y uno de diciembre, la sociedad festejó la llegada del nuevo año, como si nada hubiera alterado el humor de la sociedad, con la utilización plena de...fuegos artificiales.
Un festejo con la manipulación de los mismos artefactos que llevaron a la muerte a dos centenares de pibes, fueron utilizados para celebrar el año nuevo. Mientras veía en el cielo porteño la explosión de cañitas voladoras, bengalas multicolores, apoyado en el balcón de ese departamento; no pude dejar de tratar de imaginarme (solo imaginarme, porque el dolor de la perdida de un ser que querido no puede representarse en toda su vivencia) y sentí una rara mezcla de sentimientos: bronca, desilución, enojo, y comprendí que si el dolor no nos roza, ese dolor no es totalmente ajeno, pertenece al mundo de los otros y no adquiere para nosotros ningún tipo de significación
Porque esa bengalas fueron prendidas por padres de familias, fanáticos de callejeros, por gente que insultaba a Kirchner por su silencio ante la tragedia y a Ibarra y a toda la clase política por su.impericia y corrupción. No habían transcurridos semanas de la tragedias, sino que solo menos de veinticuatro horas; lo que pareciera definirnos como una sociedad con un traje de amianto a todo lo que le ocurre al otro. Solidaridad? Luto colectivo? Congoja y dolor comunitario? Un verso para el momento de las discusiones de sobremesa y las charlas de cafés; los hechos demostraron que más allá de esas situaciones, el dolor y la consciencia civica es una absoluta mentira.
“No, no, más adelante”, dijo Cristina Kirchner cuando los
periodistas le pidieron alguna declaración sobre la reciente muerte de 11
personas en el trágico accidente de Flores, ocurrido el martes 13 de septiembre
de 2011. Se encontraba en París y acababa de inaugurar una exposición
fotográfica sobre el Rally Dakar en la Argentina. El “más adelante” nunca
llegó.
Un día después de la tragedia, el Papa Benedicto XVI hizo
llegar sus condolencias a los familiares de las víctimas y a todo el país.
Cristina, en esa oportunidad, no lo hizo.
Tampoco lo hizo luego de conocerse la aparición sin vida de
la niña que mantuvo en vilo al país, Candela Rodríguez, ni con las víctimas del
terrible accidente aéreo del avión de Sol, en Prahuaniyeu, Río Negro, el 18 de
mayo de 2011, que dejó 22 muertos.
La presidenta argentina, replicó con total exactitud la conducta del ex presdiente y marido de la actual mandataria.
Si la actitud de no realizar declaraciones ante tragedias que afectan a distintos sectores de argentinos, hubiera sido prácticada en una sola ocasión; podría haber sido imputada a un error comunicacional, yerro político criticable o falta de reacción subsanable.
Pero cuando ese mecanismo se repite sistemáticamente no puede ser imputable a otra cosa a que el silencio ante las tragedias, forma parte de un práctica política fríamente calculada a fin que el daño sobre su imagen sean de menor cuantía, conseguir tiempo para encontrar al responsable del mismo lo más lejos de su esfera de poder, y conociendo en profundidad la forma de ser de los argentinos, ha tomado como bandera la frase grabada en el anillo de Julio Grondona (presidente eterno de la Asociación de Fútbol Argentino y asociado a todos los gobiernos en el poder durante los últimos treinta y cinco años de política argentina; incluido el de la Presidenta Kirchner): "Todo Pasa"
En las cercanías de cumplirse un año de la tragedia de Once de Once (accidente ferroviario donde murieron 52 personas por motivos que aún la justicia trata de averiguar sus origenes y donde se encuentra procesados varios funcionarios del gobierno nacional por su responsabilidad en la desastrosa politica ferroviaria llevada a cabo en los últmos diez años), cabe recordar no solo la memoria de los muertos; sino también la reiteración de las conductas de aquel momento
.“Cristina de Kirchner tiene previsto hoy hacer honor a un
viejo ritual K: ir al sur a refugiarse en Calafate cuando estalla alguna
crisis. Allí se replegó Néstor Kirchner con la primera marcha, estruendosa y
masiva, por Axel Blumberg que hasta derivó en una mini-internación del ex
presidente”, recordaban algunos diarios por aquellos días.
Lejos de una quita de concesión a la polémica y ya señalada
empresa TBA, de “renunciar” a algún funcionario del área, de presentarse en
algunos de los hospitales que recibían a las víctimas o incluso en la estación
de Once luego de la tragedia, Cristina volvió a elegir refugiarse de los
problemas en El Calafate.
Si bien en el sitio de prensa de la Casa Rosada la agenda se
mantiene “sin actividad”, la presidenta tiene planeado regresar el domingo por
la noche para partir el lunes hacia Rosario —en el marco de 200º aniversario
del primer izamiento de la bandera argentina. Están convocados gobernadores y
ministros y significaría la reaparición pública de Cristina tras el accidente.
Hasta ahora, la única participación que ha tenido la mandataria, ha sido
un escueto comunicado de condolencias a última hora del miércoles, el decreto
de dos días de luto nacional y el haber instruido al ministro de Planificación,
Julio De Vido, para que el Estado se presente como querellante en la causa
donde se investigará las razones que llevaron a la muerte a 50 personas arriba
del ferrocarril Sarmiento
Esa era la reseña de las actividades presidenciales del 22 de febreros de 2012, en uno de los diarios de aquellos días, la jornada posterior al accidente ferroviario.
"No esperen de mí jamás, ante el dolor de la muerte, ante la tragedia, la especulación de la foto o del discurso fácil, porque sé lo que es la muerte y sé lo que es el dolor". Esa fueron las primeras declaraciones acerca de la tragedia de la presidenta Kirchner en un acto público realizado en la ciudad de Rosario, con motivo de un homenaje realizado a unos de los más grandes próceres de la Argentina, el Gral. Manuel Belgrano. Las primeras palabras presidenciales al respecto, seis días despues de la tragedia.
Previamente a su alocución y mientras hacía uso de la palabra la intendenta de Rosario, acercándose hacia el borde del escenario donde se encontraban los militantes de la agrupación juvenil oficialista "La Campora" que la vivaban estruendosamente, se acercó a ellos y de manera euforica repitió con sus labios de manera que resultara evidente y que fueran captadas por cámaras de televisión una frase que se convertiría en bandera de gestión de allí en adelante "Vamos por todo" gesticula CFK de manera sostenida. El discurso de otro funcionario, los motivos del acto, la tragedia sucedida días anteriores pasaban a un segundo plano peso su posterior discurso.
En esos días posteriores a la tragedia, la agenda oficial paraguaya indicaba que el presidente Lugo viajaba a la Argentina el viernes 24 de febrero de 2012 rumbo a la Argentina para brindar su apoyo y solidaridad a las familias paraguayas que perdieron a un familiar o ser querido en el accidente. “Lugo después de reunirse con los paraguayos, visitará en Calafate (Provincia de Santa Cruz) a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, a quien expresará sus condolencias por las pérdidas humanas de las familias de ese país”, indican los matutinos del hermano país.
A punto de cumplirse un año de la tragedia de Once, cual es la memoria colectiva de la sociedad argentina sobre el accidente?
De manera notable, y dolorosa, la describe Jorge Fernandez Diaz en una columna de opinión en el diario La Nación. Allí describe con precisión, la indiferencia de los pasajeros del tren Sarmiento (la misma linea de tren y con el mismo recorrido que el que produjo el accidente hace menos de un año) para sumarse a una campaña de solidaridad y homenaje con las víctimas del 22F con el solo hecho de sacarse una foto con un cartel que rememora a las victimas. Aquí la columna.
La tragedia de la discoteca Kiss en un estado de Brasil, produjo una actitud totalmente distinta a las aquí descripta por parte de la presidente Dilma Roussef.
"Quien necesita de mí en este momento es el pueblo brasileño. Le pedí a todos los ministros ayudar en lo que puedan y trasladarse allá y yo también estaré allá", dijo ella poco antes de embarcar con rumbo a Santa María, una ciudad en el interior de Río Grande do Sul, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Uruguay.
Rousseff abandonó la cumbre de Chile en la que estaba reunida con líderes de la Unión Europea y Latinoamérica, llegó a Santa María, visitó el Hospital de Caridade -donde se encuentran algunos de los supervivientes heridos-, luego se desplazó hasta el gimnasio del Centro Deportivo Municipal, donde se realizaba el reconocimiento de los cuerpos de las víctimas mortales del incendio, y más tarde conversó con algunos familiares de las víctimas, visiblemente emocionada.Rousseff, acompañada por sus ministros de Salud, de Educación, de Desarrollo, Industria y Comercio; y de Derechos Humanos, se reunió con algunos de los heridos en el hospital de la Caridade y con los familiares de las víctimas en el Centro Deportivo Municipal, el gimnasio al que fueron conducidos los cadáveres para su identificación.
Rousseff abandonó la cumbre de Chile en la que estaba reunida con líderes de la Unión Europea y Latinoamérica, llegó a Santa María, visitó el Hospital de Caridade -donde se encuentran algunos de los supervivientes heridos-, luego se desplazó hasta el gimnasio del Centro Deportivo Municipal, donde se realizaba el reconocimiento de los cuerpos de las víctimas mortales del incendio, y más tarde conversó con algunos familiares de las víctimas, visiblemente emocionada.Rousseff, acompañada por sus ministros de Salud, de Educación, de Desarrollo, Industria y Comercio; y de Derechos Humanos, se reunió con algunos de los heridos en el hospital de la Caridade y con los familiares de las víctimas en el Centro Deportivo Municipal, el gimnasio al que fueron conducidos los cadáveres para su identificación.
La similitudes entre la catástrofes de Kiss en Santa María y Cromagnon en la ciudad de Buenos Aires ya ha sido analizadas. Lo que las diferencia es la actitud del máximo responsable político del país.
Pero con la necesidad imperiosa de dejarnos de mentirnos acerca sobre las excepcionales calidades humanas que supuestamente tenemos los argentinos, creo que la actitud de Dilma hubieran tenido en la sociedad argentina una valorización. Porque ha quedado demostrado que las tragedias de nuestros propios hermanos, nos son ajenas, más allá de las lógicas y comprobables excepciones que pueden ser contrapuestas a lo aquí escrito. Y no solamente por parte de la dirigencia política que para aviso de algún distraído, no salen de un repollo o un plato volador. Surgen y son parte de la misma sociedad que los vota o los putea, o sea muchachos son parte representante de nuestras miserias.
Es lamentable que en mi País, se sigan viviendo estas situaciones, me faltan pocos años para entrar en la sexta década de vida y veo con tristeza que no hemos aprendido nada.
ResponderEliminarDesde que tengo uso de razón, primero con los gobiernos militares y luego con los civiles siempre nos han conformado con un eslogan, pero a fuerza de eslogans tampoco vamos a crecer, acabadas nuestras tenemos de ello.
Creo que ha llegado la hora de dejar de lado los egos, los propios intereses y la soberbia y las justificaciones de una vez y para siempre. Y nos olvidamos que las justificaciones son amianto para el fuego que nos quema el alma. Recordemos que estamos todos en la misma rueda, los que hoy están en la cima, pronto estarán abajo y viceversa.
Estamos todos tan "seguros" de que no nos alcanzarán las tragedias, las injusticias, los hechos violentos, porque todo siempre le pasa a un otro: al vecino del frente, al de al lado, al de la otra cuadra... y además nos pasamos justificando, ésto o aquello sucedió porque… Pero cuidado!!! Recordemos: estamos todos en la misma rueda...
Vivimos mirando lo que ocurre en otros países (tanto lo bueno como lo malo), pero solo destacamos aquello que nos conviene. Cuando es bueno para nosotros nos comparamos, o peor, decimos que nos copian, pero somos soberbios a la hora de compararnos con aquello que a nuestros ojos está mal, miremos un poco hacia dentro y dejemos de ver la paja en el ojo ajeno.
Acabadas muestras hay en el mundo de que no es buena la omnipotencia autoimpuesta ni adquirida, aunque no querramos reconocerlo, creo que la visión de Adam Smith el padre de la economía moderna está equivocada: “En la competencia, la ambición individual beneficia el tiempo y que cada miembro debe hacer lo mejor para él”, entonces sálvese quien pueda…
Estoy más de acuerdo con la teoría de Nash: “para conseguir el mejor resultado, cada miembro del grupo debe hacer lo mejor para él mismo y para el grupo”
Es una utopía??, quiero creer que no, que se puede lograr pero para eso debemos practicar la humildad y el amor al otro que es lo único que nos puede salvar como humanidad.
Gente creo que ha llegado el momento de dejar de lado los River-Boca, los fundamentalismos y ser cada día mejores personas, no por los demás, sino por nosotros mismos, ya hemos probado en el mundo externo: “Cambia todo para que nada cambie” y no nos ha dado resultados satisfactorios, entonces el único cambio posible proviene de dentro nuestro. El hecho de modificar actitudes y conductas hace que mi entorno también los modifique, hasta que no comprendamos esto no será posible un cambio real.