viernes, 8 de marzo de 2013

Un verano en que Spinetta salvó a Macri de un atentado


El once de enero de 2013 el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, decidió que los viejos vagones que conformaban las trenes de la linea A de subterráneos habían cumplido su ciclo y era momento de reemplazarlos.
Ese día, después de noventa y nueve años los setenta coches sobrevivientes de los ciento veinte que formaron la flota original de aquella con la que el 1 de diciembre de 2013 la Ciudad Buenos Aires puso en marcha el primer servicio de subterráneos de Hispanoamérica y de todo el hemisferio sur.
De aquella ciudad pionera a esta, que se moderniza cada cien años.
Tratando de no alterar las reglas de los vientos políticos que se respiran por estas tierras, el futuro y destino de los coches construidos por La Brugeoise, Nicaise et Delcuve se volvieron objeto de una discusión política ideológica que pasó a formar del clásico nacional de estos tiempos: Kirchnerismo- Antikirchnerismo.
Ni bien conocido el anuncio del pase a retiro de estos coches belgas, los defensores de la medida y los opositores a la misma se  trenzaron en una polémica digna de mejores causas.

El Jefe de Gobierno Mauricio Macri, referente de la derecha criolla y conocido por la relativización de todo problema que aqueja a la ciudad y que ha tenido como mayor virtud politica la de haber convertido a Buenos Aires en un terreno minado digno de un escenario de "Apocalipse Now", decidió el cambio y para ello suspender el servicio durante sesenta días.
Del otro lado, simpatizantes del gobierno nacional, los sindicatos del sector y organizaciones defensoras del patrimonio histórico.
En el medio, los habituales pasajeros del servicio.
Los opositores a la medida argumentaron en defensa de la continuidad de los coches, dado su alto valor histórico, su bajo indices de siniestralidad y su bajo costo de mantenimiento llegando a compararlos con los que actualmente circulan en la ciudad de Budapest y que datan de 1896 por la importancia turisticas que los mismos tienen.
A modo de homenaje a los futuros retirados se organizó una serie de homenajes donde decenas de miles de personas se asomaron a los andenes de la línea para sacarles miles de fotos y viajar sobre ellos, muchísimos de los cuales realizaban este viaje quizás por primera y única vez.
Los defensores de la decisión, fundaron su defensa en la necesidad de dotar al servicio de mayor modernidad y comodidad, incluyendo declaraciones despectivas de parte de algún funcionario local sobre la importancia de la historia del servicio.
Una polémica subsidiaria al cese de los coches, fue su futuro destino. Museo, bibliotecas, desguace, ventas de su partes por internet, materia prima para elaborar asados, o lo que se seguramente sucederá mayoritariamente cuando el tema deje ser parte del menú de los medios de comunicación...el abandono y su desintegración.
El fragor de esta disputa repleta de principistas, oportunistas y demagogos; obvió un detalle quizás no tan menor como pareció serlo dado su falta de tratamiento en el calor de tanta disputa...Con que medio de transporte se transportarían los cientos de miles de usuarios de este servicio durante los dos meses de suspensión? El kirchnerismo le echó el fardo a Macri y Macri...al espíritu santo.
Es condición sine qua non de la praxis política argentina siempre tener a mano a quien responsabilizar de cualquier macana y en  caso de no encontrar el gil que se haga cargo del muerto...hacerse el boludo hasta que el hecho deje de ser tapa de los diarios.
Atento a la situación los miles de giles pasaron a engrosar kilométricas filas a la espera de que los colectivos se dignaran a detenerse y en ellos hubiera un cuarto de metro cuadrado donde alguien pudiera viajar de manera ultracomprimida. El tiempo de aplicación de la medida coincidió con un verano porteño generoso en temperatura y mezquino en provisión de luz eléctrica.

Los días fueron transcurriendo con máximas de cuarenta grados y mínimas de treinta y nueve. En un transporte publico de omnibus y trenes, carentes de aire acondicionado salvo escasas excepciones, volver a casa  o llegar al trabajo formaron parte de una película de terror. Si a ello  le sumamos que la llegada a destino no asegurará arribar a un lugar más agradable, dado que los continuos cortes de luz hacían que después de esas jornadas tuvieras que llegar a tu departamento subiendo diez pisos por escaleras, o tuvieras que demorar un significativo tiempo en acomodar las cosas de las heladera que irían a formar parte integrante de la basura e incorporar la saludable costumbre de tomar toda bebida a temperatura ambiente...que era la del infierno.
La tarea casi titánica de pensar que forma de transporte adicional podía  suplir el medio que se iba a cancelar, fue demasiado para los políticos argentinos.
Días antes de estos sesenta repletos de espera, puteadas, empujones y fastidios al mayor; había cargado mi reproductor de mp3, con la música con la que Macri (sin saberlo) salvó su vida. A viejo Ipod, le cargué los discos de Spinetta y Las Bandas Eternas, el de Pedro Aznar "Puentes Amarillos" grabado de un recital realizado a la memoria del flaco, completando la carga con uno de Elena Rogers como homenaje a los grandes temas de rock nacional y para internacionalizar la escucha un de Phill Collins donde homenajea la música surgida del Sello Motown.
"Lo peculiar de nuestro gran calabozo es esta especie de terror por el bosque / La risa nena no podrá 
surgir a menos que te subas al árbol / Bien, el árbol es la verdad / descansa por tu cuerpo, cierra ya los ojos" canta Luis desde "Credulidad" y evita que la asfixia por  falta espacio sea resuelta con la rotura a patadas de estos colectivos que a media mañana superan los cincuenta grados de temperatura ambiente.

Me refugió en "Asilo en tu corazón" y así evito curiosear por "Mercado Libre" el precio de una calibre 38 y averiguar el domicilio del Jefe de Gobierno "Sólo amar /sólo amar hasta perder la noción / y así doblar/ por esta esquina que confluye hacia el sur que es como un espejo / espejo que marcó las lágrimas de hoy / y en todo retorno un cambio nacerá."
Antes que las ganas de sacarle los auriculares de las orejas (con las orejas incluidas) a los que no entienden que el micro no es solo para ellos y se anclan en el medio del pasillo imposibilitando el paso de los que vienen subiendo pese a los insistentes pedido de ceder el paso, el flaco cantando la poesía de fito evita amputaciones evitables en pasajeros en trance "Una voz, como un sentimiento, como una canción  algo mas que me ayude a despertar, a seguir, a no bajar la guardia, siempre a seguir, no esperes, no te enseñan a vivir.". Las cosas tienen movimiento, solo en la canción, porque si de tránsito se trata es a paso de hombre.
Las repetidas quejas con gritos incluidos que los pasajeros le hacen a los choferes, evidentemente los únicos a los que les pueden decir algo aunque no tengan absolutamente nada que ver con el desastre las logro evitar escucharlas subiendo el volumen para que Pedro me cante que " El vino entibia, sueños al jadear . . . desde su boca, de verdeado dulzor . . . y entre los libros, de la buena memoria . . . se queda oyendo . . . como un ciego frente al mar . . . mi voz le llegará . . . mi boca también . . . tal vez le confiaré . . . que eras el vestigio, del futuro . . ."
Agradezco a la música argentina que nos haya brindado artistas como Spinetta, Pedro Aznar, Fito, y Charly; sin ellos estos viajes hubieran sido decididamente insorportables y posiblemente hoy hubiera estado imputado de un homicidio.
De igual manera le debería agradecer el Jefe de Gobierno tener una nueva posibilidad de llegar a viejo sin un rasguño.
El arte es tan inmenso que aunque sea por unos instantes nos hace olvidar de nuestras tragedias diarias.



1 comentario:

  1. El señor del título de la nota debe tener un pequeño ejército de gente rastreando en la red cualquier mención a su nombre, especialmente las referencias asociadas al éxito (prioridad) o al peligro (como en este caso). Hoy puedo decir que si es así me alegro, porque ayer me tocó viajar en los nuevos vagones del A, y me sorprendió gratamente el cambio (aunque siempre voy a recordar con cariño a los viejos). Viajé cómodo, fresco y creo que hasta con desodorante de ambientes permanente (de un tipo así es esperable). Y la sorpresa mayor fue ver fileteado en el cartel que indicaba las estaciones la frase: "... y en todo retorno un cambio nacerá." Lo felicito muchacho, la amenaza llegó a destino. En otra oportunidad tal vez le encargue algún trabajito en este estilo. Hasta pronto.

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