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Mostrando entradas de enero, 2011

Estan dando las doce

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Junto con los brindis, la sidra y los turrones reaparece el ejercicio de hurgar en viejas agendas, en búsqueda de nombres que por alguna razón estuvieron vinculados a tu vida y que por distintas razones o sin ellas se fueron alejando de tu mundo , hasta poner en duda sin fueron reales. También hay nombres que nunca estuvieron en tu directorio personal, pero que te han marcado de tal manera que, muchas veces ni siquiera hay que precisar sus apellidos para identificar de quienes se trata. Hace un tiempo que cuatro de esos tipos de nombres, repetidamente se aparecen en mi memoria y quizás para no dejar que desvanezcan en mi recuerdo, como exorcismo de oscuros fantasmas, o a manera de humilde homenaje hoy tengo ganas de escribir sobre ellos. Los cuatros murieron en diciembre. Los cuatros fueron victimas de monstruos del siglo veinte. El fanatismo, las drogas, los demonios interiores y el sida fueron los sicarios. Dos eran argentinos, uno como si lo fuera y el otro era dueño de un talent

Uno más

Despues de todo, siempre termina llegando. Irremediablamente, con los relojes como aliados, llega en punto. Te hace dejar atrás quince o veinte días de saludos huecos, sin afectos y llevados a cabo para no quedar uno como un ser escapado de alguna caverna. Los balances, resumenes e inventarios realizados quedan evaporados por la magia del olvido. Es hora recomponer ese cuerpo tan castigado por el alcohol y la cocina. Su arribo da por finalizada la temporada alta de suicidios. Crecen los vaticinios sobre lo que intentaremos hacer, las propuestas de cambios y los hechos que sucederán; y que serán desconocidos al llegar otro diciembre. Dejaremos pasar una igual cantidad de tiempo, hasta el proximo encuentro, el deseo de sucesos trascendentales y el nuevo llamado telefonico. Habremos consumidos un par de días en encuentros a las apuradas, bajo el imperio de la obligación del brindis. Enterramos años, decadas y para algunos testigos privilegiados les toca en suerte ver el despertar de nue