sábado, 2 de julio de 2016

Je Suis Lío


La falta de tiempo para dedicarlo a la escritura y permitir que el transcurso de las horas logren hacer descender la calentura y la decepción ,motiva que este post haya comenzado a ser escrito al tiempo de la muerte de este último  domingo lluvioso y frío de junio,  en donde se descarga sobre la patria futbolera argenta otro vendaval ; la pérdida de la tercera final consecutiva del seleccionado nacional de fútbol. Su última oración fue redactada en la noche del primer sábado de julio, igual de lluvioso y frío al día en que fue iniciado.
Cuando aún no acallaban los gritos e insultos de cuanto comentarista deportivo estuviera transmitiendo por el medio que fuera sobre el once albiceleste, superpoblados de caracterizaciones recurrentes del tipo "pechos fríos" "ganen algo" "no tienen huevos" "no le ganamos a nadie"; el más virtuoso futbolista de mundo en la actualidad anunciaba su renuncia a seguir jugando para la selección argentina. Bingo, ese anuncio sumado a una nueva derrota, auguraba para los editores de los periódicos y productores de radio y televisión un paraíso fértil para que la República de opinologos fuera alimentada con material para unos cuantos días; pudiendo despejar de los titulares aunque sea por un rato el conteo provisional  de saqueadores profesionales que esquilman al país.
 
Mayoritariamente el periodismo deportivo se volcó al linchamiento del cuerpo técnico y la casi totalidad de los jugadores, tomando como enemigo número uno a Higuain y su puntería en las finales. Dejando para Messi, la versión más cínica de las criticas, su comparación con la vaca sagrada del fútbol argentino: Diego Armando Maradona.
Para reforzar la tarea de demolición , el almanaque dió una ayuda no menor, para esta misma fecha se cumplen treinta años de la conquista de la Copa Mundial de xico 1986. Esa Copa, donde se pudo ver a un Maradona genial, acompañado por un equipo que alcanzó niveles de juego que no tuvo ni por asomo durante los cuatro años de preparación rumbo a ese campeonato y que no volvió a tener en los cuatro posteriores. En Italia jugó un guerrero imbatible, apenas acompañado por un Caniggia inspiradisimo y un Goycochea convertido de arquero a muralla inexpugnable a la hora de los penales acompañado por un grupo de jugadores lesionados, algunos de ellos ya  envueltos en consumo de drogas y una suerte pocas veces vista en la historia de los seleccionados argentinos (temo volver a ver una repetición del partido ganado a Brasil, y que ese primer tiempo deje de ser un baile impresionante para convertirse en una goleada justificada). Pese a todos esos ingredientes, seguimos convencidos que no fuimos  campeones por ese penal ciertamente inventado por el mejicano Codesal a cinco minutos del final del partido  contra Alemania.
Desde su aparición en los Mundiales, en Alemania 2006, los argentinos nos convertimos en firmes creyentes  que con la  presencia de Messi en la cancha; ser campeones mundiales sería un inexorable destino. En ese Mundial, la medalla de "pecho frío" se la llevó José Pekerman porque no haberlo hecho ingresar en lugar de Riquelme, cuando el partido contra los locales ardía, los centros llovían y la decisión de hacerlo entrar no parecía tan sencilla.
En Sudáfrica 2010,  antes de comenzar el campeonato, solo estábamos preocupados por saber el día y hora en  que se jugaba la final, ya que con Lío en la cancha y Dios haciendo las veces de Director Técnico ese era el partido que nos iba a tener como protagonistas victoriosos. Pero contradiciendo el desinterés de nuestro director técnico acerca de como  jugaban nuestros rivales en cuartos de finales, casualmente nuestros verdugos en el anterior mundial y que venían con la sangre en el ojo porque el Mundial organizado en su casa se lo llevaron los italianos,  nos dieron una clase de fútbol jugando  de manera vertical y equilibrada en todas sus líneas. Ese cuatro a cero fue un cachetazo a tanta soberbia , que pudo haber sido utilizado para repensar nuestros mitos acerca de la supuesta superioridad global en nuestro deporte más emblemático. Ya por ese entonces, Messi era criticado por no cantar el himno nacional, como si eso lo convirtiera en mejor jugador y pudiera suplir la constante falta de socios en su juego. Nos creímos que la ceremonia del himno, solo podría ser protagonizada como lo hacen Los Pumas, dejando para otro momento analizar la diferencia entre los dos deportes y el punto fuerte de nuestro equipo de rugby, que es la ausencia de una estrella mundial y la imperiosa necesidad de conformar un equipo para tener alguna posibilidad de derrotar a las potencias mundiales.  Mientras los alemanes, luego de la frustración de no ganar el Mundial que ellos organizaron, se dedicaron a reorganizar su fútbol trabajando en las federaciones locales y cambiando la forma de preparar a sus divisiones juveniles, relegando su históricas cualidades de jugadores grandotes que privilegiaban el juego aereo, para aprovechar su fuerte corriente inmigratoria y adoptando características de juego veloz, con precisión en la entrega del balón y una linea futbolista que combina estrategia para cubrir todos los sectores con jugadores habilidosos más allá de su envergadura física; nosotros nos reafirmamos en otras banderas. Le pedimos a Messi que se convierta en un furioso puteador contra todos los poderes de turno, que gane solo los partidos, que sea capaz de jugar lesionado y que irradie una furia vencedora, que no se deprima ante las derrotas. En resumen, que sea otra persona a la que es.
Para el Mundial de Brasil 2014, decididamente no había posibilidades que el título se no escapara ( Che, Brasil decime que siente). La delantera más poderosa del planeta fútbol tenía nuestra camiseta. Los delanteros sobraban para armar dos equipos ( Higuain, Palacios, Lavezzi, Pastore, Di María, Khun Agüero y por supuesto el diez del Barcelona). Tevez que brillaba en la Juventus, ocupó junio de ese año para irse a la playa.
Paradojas del fútbol, el pase de la primera fase dependió casi en exclusividad de la magia de Messi, algunos chispazos de Di María y la predisposición todo terreno de Mascherano. Como postal de esa primera fase quedará la agónica victoria ante Irán, surgida de un zapatazo direccionado al rincón de las arañas que salió de los pies de Lío.
De allí en más, Mascherano y los lugartenientes de la defensa, resultaron la base que posibilitó la llegada a la final. Otra vez Alemania.
En  un partido de ajedrez en el cual Palacios e Higuain, tuvieron el gol a su merced; una escapada alemana sobre la punta derecha derivó en un centro militimetrico que evitó rozar contra los tapones de un defensor encontró a Mario Gotze con la oportunidad de fusilar a Romero en el minuto...113 de ese 13 de julio. Demasiada numerologia nefasta para un mismo día.
Las dos finales de Copa América perdidas contra Chile, están demasiados frescas para necesitar un resumen.
Quizás se merezca recordar que en los tres campeonatos jugados, Messi encontró socios con quien construir fútbol solo en los partidos contra los rivales más débiles. Y a partir de la final perdida en Brasil, la presión sobre el diez para lograr un título se intensificó de manera abrumadora. "Si no vuelven con el título, mejor no vuelvan" graficó sutilmente Maradona.
Al errar el primer penal de la serie en New Jersey, Messi intuyó que una eventual derrota sería bautizada por los medios con su apellido. De allí su desolación, aún antes de decidirse el resultado, el horizonte se vislumbraba negro y los hechos demostraron su acierto acerca del pronóstico.
Las acusaciones acerca del peso que para el representa la camiseta, que ese penal no se podía errar, que se puede esperar de un evasor como Macri, que no llega ni a los talones de Maradona, que es el estandarte de una generación de perdedores, que es un jugador de club y no de selección, que si su renuncia a jugar para Argentina se hace efectiva habría que prohibirle la entrada al País, que es un pecho frío, que es un multimillonario abstraído de la pasión argentina, que ganar o perder no le significa nada.
Todas estas frases dichas por supuestos especialistas, tipos que en  su puta vida jugaron a la pelota y hasta por la botinera de turno; tuvieron que ser leídas o escuchadas en el curso de esta semana.
Como se indicó al inicio de este post, hoy sabado 2 de julio; Alemania acaba de eliminar a Italia por penales en la Eurocopa Francia 2016.  Todas las imputaciones hechas a Messi, le serían endilgadas a Bastian Schweinsteiger, Thomas Muller u Ozil por haber errado un penal para los campeones del mundo?.
La frustración argentina es tan grande, que necesita imperiosamente el hallazgo de un culpable. Necesitamos seguir creyendo acerca de nuestro destino de grandeza que alguien decidió inocular en el ADN argento y resulta extremadamente más fácil culpar de nuestros fracasos a un deportista que detenernos a analizar a que dirigentes votamos, quienes conducen los destinos del país y porque hemos llegado a depender de un resultado fútbolistico para declararnos los más grande del planeta en todo.
También asistimos al enojo pacato de quienes se horrorizan ante el pedido a un jugador de fútbol para que no renuncie a la selección cuando esos mismos solicitantes no se movilizan para defender la educación pública, la salud o la justicia. Farsantes que forma la contracara de un discurso que tiende a mezclar todo, tapar el latrocinio argentino y buscar en Messi al peor de los verdugos.

Este post  se titula al modo que se hiciera famoso la solidaridad mundial en repudio a los asesinatos cometidos en París contra los responsables de la revista Charlie Hebdo. No se trata de mezclar cosas tan dolorosas con un resultado deportivo, es solo la reivindicación de la irreverencia de sus autores contra los poderes establecidos y la tragedia misma.
Son estas líneas la pontificación de la derrota? No, es difícil conocer a alguien ingenuamente enamorado del fútbol al cual ganar o perder le resulte lo mismo.
Escribo esto a modo de defensa de las lágrimas de Messi, que fueron las de muchos pibes argentinos. Y también como forma de hastío contra los usan el fútbol para defender su bolsillos, sus egos y esconder sus muertos en el placard.
El  exitismo berreta de los argentino nos permite putear al mejor jugador del mundo, mientras glorificamos a una banda de ladrones nos roban el futuro día a día. 
Entre tanta mierda, me quedo con el fútbol de Messi, use la camiseta que sea.






 

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