miércoles, 29 de junio de 2011

OJOS ROJOS

"Hay quienes sostienen que el fútbol no tiene nada que ver con la vida del hombre, con sus cosas más esenciales. Desconozco cuanto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro: no saben nada de fútbol" Eduardo Sacheri

Se van haciendo las cinco de la tarde en Nuñez, la tarde se va apagando; hace dos minutos que también se apagaron las esperanzas.A través de la televisión e Internet el mundo empieza a conocer la cara de ese pibe con acné adolescente que no para de llorar.Ni el agua de los bomberos, ni el frío destemplado de esta tarde de junio pueden aplacar la temperatura de su bronca. No habrá análisis ni justificaciones que puedan calmar este dolor. Algún día caerá en la cuenta que él y cuarenta mil más, han sido testigos del algo histórico; para lo que nunca fueron preparados. El equipo con más campeonatos locales ganados, "el millo" para sus hinchas, se ha ido al descenso. Algunos se ha juramentado no salir  de sus casas por un largo período, y que serán escasas las llamadas telefónicas que atenderán. Vislumbran que a pesar de lo profundo del dolor, hay quienes echarán alcohol sobre esta herida.
Sin perjuicio que la caída de uno de los equipos poderosos de la argentina en la divisional de ascenso, habría de presumir una inmensa felicidad por parte de varias hinchadas, cuyo primer lugar ocupa naturalmente el pueblo boquense, y al cual se agregan los fanas de aquellos grandes que ya padecieron el calvario sabatino (a los cuales se les hace inevitable pensar "ahora van a saber lo que se sufre, ustedes que no pensaron nunca estar en esta situación"; se percibe en general dentro de la patria futbolera ,un enorme estado de frustración.
La Argentina, no se ha caracterizado por ser una tierra que nos acostumbre a las certezas ni a las fidelidades de conductas. El fútbol, con sus cientos de miles de tipos peregrinando cada fin de semana tras los colores de una camiseta, practica una forma de exorcismo que pretende; a través de una victoria; hacer que la malaria no sea tan dura y que se puede empezar la semana de una mejor manera. Ese fútbol, propietario de ese amor incondicional en el cual no hay conversos, fue sistemáticamente prostituido por los poderes de turno y el turno siempre fue para los que tienen más plata. Pese a todo, en esta tarde de invierno en el Monumental, las lágrimas de ese pibe y las de miles más, desconocen por completo a las corporaciones, los multimedios, los maridajes espurios entre dirigentes.
En este domingo que se va muriendo, una cantidad inimaginable se fueron a dormir sin cenar, haciendo todo lo posible para esconder las lágrimas. Muchos quizás, pensando que esto que  acaban de vivir, sea producto de una pesadilla que termina cuando el lunes comience.


 "El fútbol es la pasión de los futboleros y futboleros son todos los argentinos menos uno. El que lo encuentre que avise." Tomás Abraham
El descenso anterior de dos de los cinco grandes (San Lorenzo y Racing), tuvieron el lógico dolor de sus hinchas y un importante margen para el chiste de sus eternos rivales. Pero esta vez , se cayó el que más torneos locales había ganado y el que creo , en tren de suponer, nadie hubiera creído que se caía. Su poderío cayó vertiginosamente, tan rápido como la velocidad de los corruptos que lo manejaron en los últimos años como para saquearlo.Un club al que se candidateaban tipos que gastaban en campañas millones de dolares como si fuera la carrera electoral por la presidencia de la República. Esta muy claro que a estos tipos, las lágrimas de los hinchas, les chupa un huevo.
Otros momentos vieron como San Lorenzo se iba de Primera en aquel agosto del 81, luego de una larga sucesión de malas campañas y dirigencias corruptas; que lo llevaron desde el campeonato del setenta y cuatro a quedarse hasta sin cancha.
El periplo racinguista hacia el fútbol de los sábados, fue desde aquel gol de Cárdenas al Celtic en Montevideo hacia ese diciembre del ochenta y tres donde sus homónimos cordobeses sellaban con un 4-3 el pase a los infiernos; y como si todo eso ya no hubiera sido suficiente, en la ultima fecha de despedida en la categoría superior tuvieron que enfrentar al Campeón que no resulto otro que Independiente.
Resulta raro pensar un campeonato sin un Boca-River; casi tan raro como leer la crónica de un River-Patronato.
River ha sido durante mucho tiempo, un equipo que he padecido. Ya se tornaba casi desagradable que uno encarara el año con seis puntos menos. Ese fue el grado de paternidad, que las gallinas supieron tener con mi querido Independiente. A pesar de ello, no siento felicidad ante lo que acaba de suceder.
Imagino a cada hincha de River, atrincherándose en los recuerdos de los tiempos de gloria, para anestesiar la calentura.  Quedo anclado, en las lágrimas que no dejan de caer en la tele, y me brota un deseo de decirle a ese pibe "ya va a pasar".
Este desastre futbolistico, es solo una muestra más del caos que vive el fútbol argentino. Un fútbol plagado de alcahuetes, operadores, demagogos y mentirosos. Un negocio que genera cientos de millones de dolares y que no te puede asegurar ni siquiera que vuelvas vivo de un partido. Dirigentes que te hablan del poderío de los clubes, y te invitan a estadios en los que no podes ni ir al baño, en caso que los hubiera. El fútbol que le gusta a la gente y que se come cuatro con Alemania, cinco con Colombia y seis con Bolivia.
Nos nos privamos de nada, y hasta contradiciendo a Diego, le pegamos una flor de mancha a la pelota..