sábado, 27 de junio de 2015

Quema esas fotos?



"He estado mucho tiempo mirando
estas fotos tuyas
hasta que casi me he creido
que fuesen reales.
He vivido mucho tiempo con
estas fotos tuyas
hasta creer que
eran todo lo que podía sentir.
Recordándote
permaneciendo parado bajo la lluvia
mientras corría para estar cerca de tu corazón
Y nos besamos hasta que el cielo se derrumbó,
abrazándote fuertemente
Como he permanecido cerca de tus miedos
recordándote
corriendo a través de la noche
Eras grande y brillante y extensa como la nieve
Y gritaste a las fantasías.
Gritaste al cielo
y finalmente encontraste valor
para dejarlo ir.
Recordándote
caer entre mis brazos.
Llorando por la muerte de tu corazón.
Eras blanca como la piedra
Tan delicada
Perdida en el frío
Siempre tan perdida en la oscuridad.
Recordando
como solías
ahogarte lentamente
Eras un ángel
Más que cualquier cosa
Esperando por el último momento
y luego deslizándote suavemente.
Abro mis ojos,
pero nunca veo nada.
Si tan solo hubiera pensado en las palabras correctas
Podría haber tenido tu corazón
Si tan solo hubiera pensado en las palabras correctas
No estaría rompiendo
mis fotos de ti.
He estado mucho tiempo mirando
estas fotos tuyas
Pero nunca abrazo tu corazón
Esperando tanto tiempo
por que fueran ciertas las palabras,
pero siempre rompiendo
mis fotos de ti
No había nada en el mundo
que quisiera más
que sentirte profundamente en mi corazón
No había nada en el mundo
que quisiera más
que no volver a sentirme roto
Todas mis fotos de ti"
(Pictures of You, Robert Smith)



Quedará para el anecdotario rockero dilucidar si el líder de The Cure escribió la letra de esta canción, como producto del incendio de su casa, dejando como escasos vestigios de aquel hecho, restos de fotos de Smith con su mujer; o si como el propio Smith manifestara a los medios de aquel entonces su decisión de prenderle fuego a todas sus foto familiares tras la lectura de "The darkower of ritual pictures", con la ilusión de borrar recuerdos del pasado, arrepintiéndose de haberlo hecho días después.

Esta canción fue compuesta en 1993, y los motivos que pudieron inspirar a Smith a componerla como la irreversibilidad de los hechos que la misma describe eran totalmente posibles por aquellos años.

La escritura de esta letra, hoy sería producto el recuerdo de tiempos idos y necesitaría varias estrofas más para situarla en un adecuado contexto temporal.



Las fotos ,más allá de la producción profesional de algunas de ellas y la impresión de algunas que tienen que ver con momentos muy puntuales de la historia de las personas, se producen y replican en el mundo virtual. Muchas son generadas por cámaras fotográficas digitales, pero en la actualidad la mayoría de ellas viven en el mundo de los celulares y tablets, circulan sin control a través de los programas de mensajería instantánea, redes sociales y encuentran en la web la forma de volverse prófugas eternas, tornando casi imposible que no queden alojadas en algún dispositivo electrónico .Se torna casi imposible que el olvido de algunas imágenes puedan ser producto de lamentos, pero al mismo tiempo que la destrucción de algunas imágenes puedan ser utilizadas a manera de ayuda para para seguir adelante con nuestras vidas.

Tiempos marcados por violentos cambios de costumbres, hoy el olvido (tan dañino para la construcción colectiva de las sociedades) se ha vuelto un derecho casi inancanzable para la vida de los pequeños mortales. De igual manera que el fuego, no podrá destruir nuestros recuerdos aunque sea necesarios para volver menos doloroso el peso de tristes momentos o generar arrepentimientos de tal envergadura como los que generaron que Smith pudiera escribir una canción tan hermosa como la que escribió hace ya casi veinticinco años.

domingo, 21 de junio de 2015

Padres en su día



Conjuntamente con el inicio del invierno, Argentina celebró el Día del Padre. Originado en decisiones castrenses que quisieron renovar su ​ devoción sanmartiniana, sobre fines de los años cincuenta se inauguró esta conmemoración; inicialmente dedicada al Libertador de América.
Con el transcurso del tiempo, Y Como el comercio parece siempre ganarle la pulseada a la historia, se le designó un día séptimo fijo, el tercero de cada mes de junio. 
Un cauto equilibrio dentro de la altura del mes, para que en los bolsillos de los consumidores exista algo de dinero que el fin de mes declarare la sequía de fondos. Versión actualmente mejorada en forma notable con la superpoblación de tarjetas de créditos, que posibilitan ese raro milagro que los meses no tengan comienzo ni fin, una excepción que los límites de créditos dicten el final de toda fiesta consumista. Y allí corremos todos, padres e hijos, a rendirnos antes las cajas registradora. Los restaurantes se llenan de comensales, haciendo descansar al eterno asador de los hogares en algunos casos, y cumpliendo el rito anual que conjuntamente con las fiestas de fin de año, justifican encontrarnos con nuestros padres.

​Raúl, desde ese oscuro departamento del Barrio de Congreso percibe esta festividad; se lo van prenunciando los distintos avisos con promociones especiales de las cuales se abarrotan los periódicos,  inundando de igual manera las pautas publicitarias de Radio y Televisión. Fuera de ello, un domingo más.
Quitarle cualquier tipo de significación a esa fecha ,que insoportablemente vuelve cada año, ha sido su modesto escudo para que la soledad no lo abrace de manera tal, que sus brazos no lo dejen sin aliento. En lejanos años, cuando aún tenía fuerzas para ejercer la ironía, citaba a Becquer con una mueca cínica "La soledad es muy hermosa ... cuando se tiene junto a alguien a quien decírselo".
Mantuvo durante varios años, la resistencia necesaria para encontrarse desde la salida del sol hasta los melancólicos anocheceres , sentado frente a ese gris aparato telefónico a la espera a que de una vez por todas un llamado interrumpiera ese inmenso océano de silencio. Cansado de la espera del milagro, y fin de evitarse tantos domingos de cenas con lágrimas y preguntas, desistió de tal ejercicio. Cada tanto, se rinde al triste ritual de recordar las voces de Mario y Emilce, con el paso de los años se han ido desdibujando recordándolas cada vez con menos volumen. 
Mario, su hijo mayor, fue en alguna época su orgullo. Brillante estudiante, Raúl se sentía completo con su logros. Jamás importaron las horas necesarias en las que permaneció en aquel Estudio Contable que permitiera costearle la Universidad y su postgrado. El talento del primogénito, dieron origen a distintos viajes por Latinoamerica y Europa motivados en los distintos cargos gerenciales con que la Auditora Multinacional, lo premiaba. En ese ascenso social se parió este descenso afectivo. La distancia, las cortas estadías en el país con agenda completa, la multiplicidad de matrimonios e hijos; hicieron el resto. 
Su encuentros y sus llamadas se fueron distanciando a medida que los medios de comunicación se fueron multiplicando casi hasta el infinito.
Emilce, gozó de las mieles agridulces de la sobreprotección y el perdón perpetuo. Casi a modo de disculpa por no haber podido prever la partida de su madre sin siquiera una carta de despedida; desapareciendo toda posibilidad de volverla a encontrar después de su partida con aquel aquel gris viajante de comercio al que alquilaban el cuarto del fondo de aquel añoso caserón de Flores donde la familia vivió hasta que todo voló por los aires. 
La ausencia de Raùl durante todo el día con el afán de querer proveerles un futuro a sus hijos, le permitió a Emilce de disponer a voluntad de todo el tiempo libre, muchas veces robado al colegio, como también dedicarse a la búsqueda permanente de cubrir sus carencias afectivas junto a las personas equivocadas. Esa sumatoria explosiva, culminaban de moldear a un ser inseguro que encontraba respaldo en tipos golpeadores, militantes de todos los vicios. Con el paso de los años y la caída de sus carnes, el alcohol y las drogas fue su refugio en la isla del infierno. Con entradas y salidas permanentes de lugares de desintoxicación, sus últimas visitas tenían como única intención tener un techo durante algunas noches, comida caliente e iniciar una nueva partida con un par de pesos que la jubilación de Raúl todavía podía permitirse de distraer de su menú de medicamentos. Su última partida, culposamente Raúl la sintió como una liberación, esos últimos cuatros días de un año al cual ya intenta no registrar fueron de reproches, discursos balbuceantes, gritos y llantos.

Cuando el sol de este domingo se ha rendido al poder de las sombras, Raúl siente una especie de alivio al sentir que esta maldita celebración se encuentre a punto de terminar. Ha perdido toda intención de preguntarse los porques, solo sabe como son estos días, que más de una vez desea que sean los últimos.

martes, 9 de junio de 2015

Cazadores de Ucronías

  UCRONIA:  Reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder. (Diccionario de la Real Academia Española).


Sabiendo el titulo, y descontando el contenido, durante un más de una año la escritura de este artículo saltó como brasa en una mano a la cual nadie quería abrazar ni como compromiso de fe ni  tampoco repudiarlo como un texto blasfemo.

Como todo proyecto argento, navegamos en el momento de nuestro mayor cantidad de lectores en tirar todo por la borda. Lo que siempre deseamos, en el momento en que ello se cumplía, nos enfrascamos en peleas de egos inútiles. Descubrimos la importancia del ISIS, cuando el mundo titulaba acerca de los bombarderos entre Palestinos e Israiles (Junio 2014), Y teniendo gente allí, no lo cubrimos.
Y como eso fuera poco asistíamos silenciosos (lease cómplices) como la presidente argentina le explicaba a su par de Estados Unidos que el ejercito Islámico y sus decapitaciones eran producto de una producción  de Dreamworks.
Lo que queda de este proyecto colectivo, decide escribir este artículo, muchas discusiones corrieron bajo el puente: Es justo? Le hacemos el juego a la derecha? No terminaremos traicionando nuestros ideales?
Cuando alguien escribe en un blog como este, al que nadie le importa esta lineas. Y si a alguien le importa, el compromiso es mayor para ser coherente.  
Seguramente este post tendrá varios capìtulos, este nace urgente como necesidad de que la criatura nazca. Y nace como producto de mujeres, las cuales más allá de familiaridades te hacen parir cualquier cosa desde una idea, una pasión y la generación de una vida, es patria de ellas.
Y vamos al tema, tenemos un conflicto con la generación de los setenta. No creemos que hayan sido la generación maravillosa Y para que los boludos no hagan comentarios que nos harían escribir temas ya recontrasabidos, el terrorismo de estado es lo que es (Delito de lesa humanidad, imprescriptible).
Pero a esa generación los que escribimos en este blog, NO LES DEBEMOS NADA.
Y vamos más allá, a Hebe de Bonafini no le debemos nada. Porque toda su lucha la vendió a manos de los Kirchner y su mil millones de pesos, que Nestor ordenó que el parricida manejara.
Y no le debemos nada a Estela De Carlotto, quien consiguió ADN de personas que trabajaban, y aún trabajan en Hospital Garraham, dejandole como mejor muestra de afecto una dedicatoria de un libro. En ese momento era el mejor regalo, ahora que tanto Bonafini como Carlotto gozan de las mieles del poder; de esas personas ni se acuerdan. Y para quede claro lcas personas que en ese  momento le pusieron el pecho al miedo, no forman parte de nuestras vidas. Para que no queden dudas.
Para tratar de ordenar este texto bajo el titulo Cazadores de Ucronias seguramente va a tener diez capitulos.
El texto, lo sabemos, es pobre. Tiene verdades a borbollones. Necesitamos arrancar y se lo debemos a los amigos.

domingo, 7 de junio de 2015

Puñal tras puñal






Miles de acólitos, cada fin de semana, en un extraordinario rito de negación; se resisten a creer en la muerte de fútbol. Pasando por alto todas las señales que la realidad les va marcando día a día, se resisten a creer que el deporte que aman es asesinado a manos de dirigentes, delincuentes a sueldo y medios de comunicación que lucran con la pasión de muchos para ponerla al servicios del poder de turno. Y en ese mirar hacia otro lado, cuando la muerte, la corrupción y la violencia se apodera de cada uno de los clubes de fútbol; esos miles de apasionados por una camiseta se transforman por omisión, en cómplices del delito que se perpetra diariamente.
Mayo del dos mil quince, será recordado por el planeta fútbol como uno de los momentos en que quizás con mayor fuerza quedó resaltado el estado de descomposición en que el fútbol argentino trascurre sus días.
Lo sucedido en la cancha de Boca, en el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores ante River Plate; solo porque el destino decidió que así fuera o por alguna decisión tomada desde lugares más trascendentes, no terminó en una tragedia. Desde ya, no fue el hecho más luctuoso sucedido en las canchas argentinas.Si la medida de la crisis es la muerte;, este no pasó de un hecho anécdotico.
Pero su importancia esta en el origen de los hechos, el entorno en que el mismo sucedió, la respuesta de los protagonistas ante el mismo y las posteriores reacciones de la patria futbolera en su declaraciones.
En un estadio en el cual toda su concurrencia era perteneciente a la parcialidad local y superaba la cincuenta mil personas; supuestamente doce loquitos se hicieron dueños de toda una tribuna, quisieron pretender fuego a la manga de salida del equipo visitante e inundaron la misma con gas pimienta dirigido a los jugadores de River. Una versión políticamente correcta para esconder todas las cadenas de responsabilidades que este hecho tiene, y que en cabeza de diez perejiles quede la responsabilidad absolutas de los hechos, no se vaya para arriba en la cadena de responsables que hicieron posible el bochorno y la toda la dirigencia se pueda a ir a dormir en paz sabiendo que su impunidad está asegurada.
Un partido suspendido durante más de una hora y media, con los jugadores visitantes encerrados en el campo de juego, porque nadie podía asegurarle siquiera la llegada a vestuario donde curar a los jugadores heridos y tener aunque más no sea una seguridad superior a las de los gladiadores en el Coliseo Romano.
Dirigentes de la Confederación Sudamericana y la terna arbitral, incapaces de resolver la suspensión del partido sin esperar órdenes superiores que vendrían desde alguno comodo escritorio al que no podían comunicarse, ante la ya tradicional imposibilidad de comunicarse por celular en la Argentina.
El encargado de la Seguridad de Boca Juniors, (ex Ministro de Seguridad de uno de los candidatos a presidentes en la futuras elecciones argentinas), no pudiendo explicar donde se encontraban los casi mil empleados de seguridad contratados por el club ante tamaño desborde a no ser que distinguiera a esos diez con chalecos amarillos que presenciaban a manera de espectadores preferenciales como cinco enloquecidos quemaban el plástico de la manga para introducir el gas y a los cuales solo le faltó sacarse con una selfie con los delincuentes.
El responsable estatal de la Seguridad, el Viceministro Nacional en el rubro; justificando porque los jugadores de River se retiraron del estadio tres horas después de la cancha con el razonamiento de que esa manera logró evitar mayores desmanes. Bueno sería entender porque no mandó a sus mil quinientos efectivos a ir armando cordones que fueran llevando a los espectadores hacia las puertas de salidas y esperar que los mismo tuvieran todo el tiempo del mundo para arrojarles a los visitantes cuanta botella tuvieran a su alcance.
El equipo local, únicamente preocupado para que a su manera de entender, sus adversarios dejarán de simular y dieran comienzo al segundo tiempo, dejando los partes médicos para la finalización del partido y un demostración lamentable de falta de solidaridad para quienes trabajan de lo mismo que ellos, se negaran a salir del campo de juego con los visitantes a modo de brindarles algo de protección. Claro es difícil pedirles tamaño acto de grandeza, cuando fueron esos mismo jugadores los que al retirarse del campo de juego, levantaron sus manos ante la tribuna donde se alojan los pesados del club, a modo de agradecimiento por el apoyo brindado y la colaboración prestada para que el partido se suspendiera y quedarán eliminados del torneo. Reacciones propias de una enfermedad de la cuales se encuentran inoculados todos los actores de este circo.
Para la antología del disparate quedarán las declaraciones del Presidente de Boca y del Viceministro Berni. A quienes pareciera que habría que agradecerles su efectiva labor en toda esa noche, y que los hechos acaecidos parecieran ser productos de la mala fortuna.
Durante las cuarenta ocho siguientes, el único tema que fue centro de los medios periodísticos fue si el partido se continuaba jugando a cancha cerrada o si Boca iba a ser castigado de manera ejemplar. Y en ese consumir de horas televisivas y radiales, y páginas de periódicos; la agenda nacional tuvo forma esférica. Salvo contadas excepciones, el periodismo deportivo tuvo un papel vergonzoso, cuyo mayores referentes fueron todos aquellos que cubren diariamente los entrenamientos de cada club. A nadie le importó la salud de los jugadores, el posible desastre que se hubiera producido en la cancha; lo importante era saber si el partido se continuaba jugando, cuando y en que fecha. Porque como todos sabemos, en el fútbol nos hemos abrazado a esa máxima que expresa que " los partidos se ganan en la cancha". Un máxima que sus mayores defensores conocen a ciencia cierta,que no es así.
Los partidos se empiezan definiendo a la hora de quien tiene mayor poder de lobby para  designar el árbitro que dirigirá el encuentro, de acuerdo a las estadísticas de como nos fue con ese pito y el grado de permeabilidad que tiene a las presiones de la localía y en algunos casos a las dádivas desinteresadas.

En un  verdadero raid mediático de "referentes" de fútbol argentino se podía leer; hasta que el asco impidiera continuar con la lectura, declaraciones como las realizadas por Carlos Salvador Bilardo quien afirmó que si el fallecido presidente de AFA, Julio Humberto Grondona , "hubiese estado el jueves, lo que pasó en la Bombonera con la suspensión del superclásico lo hubiese solucionado en cinco minutos". "Lo del escándalo en La Bombonera , Grondona lo hubiera resuelto en cinco minutos si los jugadores de River seguían imposibilitados de seguir. Porque han pasado cosas graves como la noche de la bengala asesina en 1983 también en ese estadio (fue lanzada desde la tribuna de Boca y le provocó la muerte al hincha de Racing Roberto Basile) y el fútbol siguió. Es un tema que deben resolver los de arriba", estimó Bilardo.Sobre Grondona nos explayaremos más adelante, por ahora quedémonos en las declaraciones de Bilardo. El técnico de la Selección Argentina campeona del Mundo de 1986 y subcampeona de 1990, pontifica desde su puesto de ser unos de los iconos de fútbol argentino, cuya trayectoria como jugador quedó marcada en la memoria popular por ser integrante del Estudiantes de Zubeldía, campeón de todo, que tenía como marca distintiva conformar su indumentaria deportiva no solo con la camiseta, botines, medias y pantalones cortos; sino que a ello le agregaba la suficiente cantidad de alfileres para poder ejercer contra sus adversarios practicas de rituales vudú. Ese mismo Bilardo, ya como entrenador de la Selección que compitió en Italia, que en un gesto de "solidaridad deportiva" le hizo alcanzar a Branco, jugador de la selección de Brasil en un partido que quedará en la historia como uno de los paseos más grandes que nos pegaron los verde amarillos, que contenía un líquido vomitivo que le impidió seguir jugando el partido y que terminó con uno de los resultados más injustos en la historia de los mundiales, solo justificado por ese magistral pase de Maradona y la frialdad asesina de Caniggia para darnos la victoria en el único ataque argentino en noventa minutos. Este justificador de la continuidad del fútbol, pese a un muerto en la cancha, también es médico. Solo Dios sabrá que tipo de juramento hizo cuando le otorgaron el título, con que ideas eligió la medicina como carrera y como sobrevivió bajo el ala de Grondona ocho años como ñoqui de la AFA cobrando cientos de miles de dolares para no hacer nada. 

"Si los jugadores están parados pueden jugar, no están muertos", esta fueron las declaraciones de quien, en las supuestas antípodas de la ideología  futbolera argentina otro ex entrenador de la Selección Argentina, Campeona del Mundial de 1978, César Luis Menotti , consideró que los jugadores de River  deberían haber continuado el partido ante Boca  porque estaban en condiciones al mantenerse de pie en la cancha después de sufrir el ataque con gas pimienta. Supuesto intelectual del fútbol, declarando militante de izquierda aunque director técnico de la dictadura; su historia ha estado más plagada de declaraciones pseudo intelectuales que de resultados deportivos y sus contradicciones dialécticas quizás lo definan mejor de lo que es en realidad, un hipócrita.

Este mismo autodenominado progresista del fútbol y de la vida, cuyo mayor acto de valentía es haber tenido cassetes de Mercedes Sosa en su casa, fue el mismo que hizo jugar a la selección argentina en un amistoso contra Polonia en 1976 el mismo día que Videla asaltaba el poder para llenar de sangre toda la Argentina. La dictadura recién asumida, y teniendo en claro el poder de fútbol, hizo de la transmisión en directo de ese partido en Varsovia, lo único de la programación televisiva de aquella época que no fue levantado de la programación. Su idea de la carencia de muertos en el River Boca, parece no fue la misma que tuvo en el mundial ochenta y dos, cuando desde España en el Mundial 82 se veían fotos en las revistas argentinas de él y todo su equipo gozando del relax de las piscinas del hotel donde se alojaban, sin tomar en cuenta que cientos de argentinos morían en ese mismo momento dando su vida por la defensa de Malvinas. Parece que ahí, la muerte no era causal de suspensión del fútbol. Quizas en su fuero íntimo, Menotti en tanto y en cuanto su plata esté asegurada, sería participe que el fútbol lo jugaran los protagonistas de "The Walking Dead".
Bilardo y Menotti, más allá de sus supuestas diferencias de cotillón, bien tienen ganado el tacho de basura en la historia de fútbol argentino. 

En sintonía con la declaraciones de Bilardo y Menotti, el Vasco Arruabarrena comentó lo suyo, quizás a manera de módico atenuante tenga que el es protagonista de lo sucedido y su calentura por la descalificación hagan que sus barbaridades puedan ser con buena voluntand, puesta en otro contexto sin perjuicio de que nada las justifique.
"La sanción es injusta, ya que los partidos se ganan en la cancha. Pero me di cuenta de que River tiene otros valores. El partido se tendría que haber reanudado una vez que los jugadores se hubieran recuperado". Y también criticó a Gallardo: "El profe Roberti le mandó un mensaje a Marcelo, pero no respondió. Angelici habló con D'Onofio, después Orion con Ponzio. Se habló mucho sobre lo que decían las imágenes, pero nosotros actuamos". 
Fue raro cuando defendió a los jugadores. Se entiende desde el punto de vista de que todo DT sabe que depende de los rendimientos de sus futbolistas y que cualquier declaración contra ellos puede significarle el principio del fin: dijo que "los que conocen la historia de este club saben que los jugadores de Boca entran y se van saludando siempre porque hay 20 millones de personas mirando por televisión, el saludo es para todos" (en referencia a cuando levantaron los brazos hacia La 12 antes de despedirse) y que "no acompañaron a los jugadores de River hacia la manga porque yo les dije. Si una botella les pega a ellos nadie se hace cargo y todos se levan las manos, los dirigentes, la policía". En realidad se negaron a obedecer una orden que nació desde los organismos de seguridad. Y así quedó expuesto él, que al final fue el único que puso el cuerpo para acompañar el plantel millonario."

Con las declaraciones de Menotti, Bilardo y Arruabarrena, quisimos exponer la idea que tiene los técnicos, jugadores, dirigentes partidarios y políticos sobre aquella idea sobre que "Los partidos se ganan en la cancha" No importa si hay muertos, seguramente las víctimas no surgirán de esta camada de sinvergüenzas
Los partidos se ganan en la cancha cuando lo que se juega es al fútbol, la muerte no es dato anecdotico, salvo para el negocio del fútbol.
Hoy, que como si hubiéramos sufrido una lobotomía, parecemos olvidar (para señalar un hecho emblemático de este cancer que nos corroe) lo sucedido el 3 de agosto de 1983 en la Bombonera poco antes de arrancar el encuentro, una bengala salió desde el medio de la popular local recorrió ciento cincuenta metros, zigzagueó y se clavó en el cuello de Roberto Basile (26 años) , un joven hincha de Racing que estaba ubicado justo enfrente de la 12 y que murió casi al instante.

Los goles (¿a quién le importa?) fueron convertidos por Gareca (2) para Boca y por Osvaldo Rinaldi y Castelló para Racing. 
Treinta y dos años después de ese hecho, seguimos como si nada ocurriera.
Para finalizar, el mismo día que ocurrieron los hechos de este Boca River 2015, moría Emanuel Ortega luego de  dar pelea por su vida durante diez días después de un lamentable choque ante el paredón de concreto, a un metro de los límites del campo de juego en un escenario común para las canchas del ascenso argentino; por ese motivo se suspendió en ese fin de semana el fútbol local, sinceramente nadie recordó esa muerte.


 Como habría de suceder eso, si la muerte nos visita todos los fin de semana.La impunidad, una marca registrada en la argentina, tiene victimas, las víctimas tienen nombres; en este sitio web podemos recordarlas.
Solo como recordatorio de un dirigente venerado la clase politica, los dirigentes de fútbol y los periodistas deportivos; el sesenta por ciento de esa muertes se produjeron bajo la Presidencia en la Asociación del Fútbol Argentino, de ese nefasto personaje que se llamó Julio Humberto Grondona