domingo, 23 de marzo de 2025

Confesiones de otoño

 

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                                                         ¨Viajo bien adentro a la ciudad del desencuentro

                                                          capital del nuevo centro del vacío existencial¨

                                                                (Chano Charpentier)


Primer sábado del otoño 2025.Termina la semana en que Orwell se paseó por las estaciones de trenes, revisándote las mochilas y pidiéndote la SUBE y el DNI. Dándote garantías que si portás bien y te callas, podes salvarte de llevarte un tiro en la cabeza.

Pasó la marcha en defensa de los jubilados, posterior a aquella en que Bullrich sació momentáneamente su sed de sangre opositora, su placer por plantar infiltrados y su eterna predilección por la mentira.

En el Congreso, una exhibición pornográfica del soborno. Votos sometidos a las propias y ajenas necesidades económicas. Aprobando un endeudamiento del cual no se conoce el plazo, ni las condiciones. Las promesas aceptadas que el violador va a ser bueno con nosotros. Discursos en defensa que esta vez es diferente, que el resultado de las cincuentas veces anteriores va a ser distinto a este. Nos pegaron, nos vejaron, nos torturaron pero en realidad nos quieren. El problema fue siempre llevar la pollera corta.

Quince meses del gobierno libertario.Quince meses en que se hizo, lo que no podía suceder.Quince meses en que se dijo, lo que era imposible que se dijera.Quince meses en que se disfrutó de la crueldad, aquella crueldad que era inimaginable que se disfrutara.Se hizo, se dijo, y se ejecutó con disfrute orgásmisco.

Los elegidos y autodesignados para ser la voz opositora, sufrieron de una inesperada mudez. En excepcionales ocasiones, balbucearon. Discursos dados con la lengua inflamada, entendibles como discurso de borracho.Su mejor estrategia, esperar que el monstruo se suicide.

Ante los ataques, en su caja de herramientas solo hay escudos verbales. Nosotros pecamos por ingenuos, inútiles, excesos de integrantes proclives a mejorar el nivel de vida propio...pero estos son peores. Aunque parte de los nuestros, integren el equipo de ellos.

Nos quedan los puros, a los que nunca se les dió la oportunidad de ejercer el poder. Quizás, escasamente, ocuparon algunos escaños. Solo tuvieron oportunidad de nombrar asesores, y brindar escuálidas decenas de contratos, para que los predicadores de la palabra luminosa cumplan con la proletaria misión de quitar la venda de aquellos explotados que los miran y no tienen idea del cual es el planeta donde bajaron. Siguen en el denonado esfuerzo de hacer entender la lucidez de estrategias tan útiles hoy como el fax, un teléfono publico o un locutorio. Quizás alguna vez nos cansemos de escuchar sus sesudos análisis cuando recurrentemente explican su caudal de votos, que caben en un mochila de Rappi.

Momentos en lo que este cóctel de sadismo e ignorancia se pavonea por esta tierra y pinta el futuro de negro, quizás la frase de Raymond Williams "Ser verdaderamente radical es hacer la esperanza posible, no la desesperación convincente" me permita cruzar esta estación para llegar al invierno con otras miradas.

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