G.V.-Tenemos que hablar para ver que vamos a hacer en el futuro
G.G.-No
hay futuro, no hay futuro (risas)...Ya no hay más nada. Ya pasó
todo lo mejor. Nunca más vamos a poder ser lo que fuimos. Ya lo
mejor ya pasó.
G.V.-
Eh! Nostradamus!
El
diálogo final de este documental patrocinado por una marca de
automóviles, muestra la historia de dos tipos en una misma ciudad.
Las vivencias que ambos tuvieron, con veintisiete años de
diferencia, en el último de los quince días en que se desarrolla
uno de los torneos de tenis más importantes del mundo es lo que
trató de reflejar este documental.
La
ciudad es París, los personajes son Guillermo Vilas y Gastón
Gaudio, el torneo es Roland Garros.
Roland
Garros es la meca de todo tenista argentino desde que empieza a pegar
sus primeros golpes en una cancha de tenis en cualquier lugar de la
Argentina. Vilas es el más grande tenista de la historia Argentina,
Gaudio ha sido uno de los más talentosos jugadores de esa enorme
camada que desde los principios de los noventa nos acostumbraron a
ver a un argentino viendo una jugar una final de algún torneo en
cualquier lugar del planeta y a quienes como un amor imposible; la
Copa Davis les fue tan cercana pero tan esquiva. París es una de las
ciudades más bellas del mundo.
El
documental auspiciado por Peugeot, logró algo más que ser un
original trabajo publicitario. Quizás lo superó en sus objetivos;
la personalidad de sus protagonistas. Y por ello seguramente
transcenderá los objetivos de un spot.
Una
canción de Lou Reed, le da nombre a la película. Y define con
exactitud lo que Vilas y Gaudio sintieron el día que levantaron la
Copa en el Estadio Principal Phillipe Chatre.
Con
personalidades diametralmente opuestas, Gaudio y Vilas conjugan
durante cincuenta minutos sus vivencias en aquellos días que hoy
parecen lejanos pero a medida que lo van recordando, ambos lo sienten
tan vívido como si lo hubieran protagonizado apenas hace unas horas.
La
pasión mutua por la música y el enamoramiento por esa ciudad,
encuentra un fantástico hilo conductor que permite disfrutar este
documental a la manera de las grandes películas.
Es
cierto, que hay muchas películas que han mostrado a París a manera
de visita guiada a una ciudad que muchos no conocen, Por solo nombrar
algunas: "La invención de Hugo" ( Martin Scorsese, 2011),
donde se exhibió a la capital francesa nevada y desde las alturas y
que con una excelente calidad fotográfica, aunada a los efectos y lo
impresionante planos, nos hace sentir que esta viendo un
cuento."Amelie" (Jean-Pierre Jeunet, 2001), donde cuesta
mucho no rendirse a los pies de la belleza del barrio parisino de
Montmartre ,transitar el . Sacre Coeur, la cafetería des deux
Moulins, la tienda de frutas y verduras del Sr. Collignon y no desear
en algún momento de nuestras vidas caminar por sus calle. "
Midnight in Paris" ( Woody Allen, 2011) , en donde Allen hace
deambular a Owen Wilson por las calles del Barrio Latino de París y
nos invita a soñar con vivir en los felices años 20 donde
coexistían Buñuel, Hemingway, Scott Fitzgerald y otros grandes a
los que el protagonista admira.
O
quizas" Paris, Je t’aime" (Varios directores, 2006) en la
que Los hermanos Coen, Isabel Coixet o Alfonso Cuarón nos pasean por
emblemáticos barrios de París, desde Montmartre a la Bastilla,
pasando por la emblemática Torre Eiffel o el mágico cementerio de
Père-Lachaise. Como nexo de unión se nos contarán diferentes
historias románticas y es que, como ya sabemos, París es la ciudad
del amor. O tal vez «Antes del amanecer» (Richard Linklater 2004),
en donde Ethan Hawke y Julie Delpy Diez años después,, se vuelven a
ver en París con una promesa de reencuentro rota por el camino. De
café en café, en los parques y en el Sena, la pareja protagonista
desarrollan un guión en el que transforma a París en el lugar en
que toda historia romántica es posible.
Vilas
y Gaudio, nos llevan a través de las calles parisinas a compartir
sus gustos musicales. Y en una disquería nos mostrarán la música
con la que combatían el insomnio que les provocaba encontrarse ante
el momento más grande sus vidas. También aquellas canciones con la
que se perjuraron una revancha a través de las letras de Jhonny
Cash, o como enterrar un desengaño amoroso con la música de The
Marshall Tucker Band.
La
orillas del Sena, serán testigos de conversaciones acerca de los
miedos y de los momentos en que uno siente que ya nada podrá
arrebatarles el triunfo.
En
un excepcional retrato de las vidas de dos grandes deportistas, en
una ciudad que ello aman y que muy posiblemente nosotros no lleguemos
a conocer nunca.
Para
disfrutar la intimidad de dos grandes, en una ciudad que invita a
suponer que todo es posible.
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