domingo, 24 de marzo de 2019

Vilas, Lou Reed, Gaudio, Jhonny Cash y una ciudad deslumbrante.




G.V.-Tenemos que hablar para ver que vamos a hacer en el futuro

G.G.-No hay futuro, no hay futuro (risas)...Ya no hay más nada. Ya pasó todo lo mejor. Nunca más vamos a poder ser lo que fuimos. Ya lo mejor ya pasó.

G.V.- Eh! Nostradamus!




El diálogo final de este documental patrocinado por una marca de automóviles, muestra la historia de dos tipos en una misma ciudad. Las vivencias que ambos tuvieron, con veintisiete años de diferencia, en el último de los quince días en que se desarrolla uno de los torneos de tenis más importantes del mundo es lo que trató de reflejar este documental.
La ciudad es París, los personajes son Guillermo Vilas y Gastón Gaudio, el torneo es Roland Garros.
Roland Garros es la meca de todo tenista argentino desde que empieza a pegar sus primeros golpes en una cancha de tenis en cualquier lugar de la Argentina. Vilas es el más grande tenista de la historia Argentina, Gaudio ha sido uno de los más talentosos jugadores de esa enorme camada que desde los principios de los noventa nos acostumbraron a ver a un argentino viendo una jugar una final de algún torneo en cualquier lugar del planeta y a quienes como un amor imposible; la Copa Davis les fue tan cercana pero tan esquiva. París es una de las ciudades más bellas del mundo.
El documental auspiciado por Peugeot, logró algo más que ser un original trabajo publicitario. Quizás lo superó en sus objetivos; la personalidad de sus protagonistas. Y por ello seguramente transcenderá los objetivos de un spot.
Una canción de Lou Reed, le da nombre a la película. Y define con exactitud lo que Vilas y Gaudio sintieron el día que levantaron la Copa en el Estadio Principal Phillipe Chatre.
Con personalidades diametralmente opuestas, Gaudio y Vilas conjugan durante cincuenta minutos sus vivencias en aquellos días que hoy parecen lejanos pero a medida que lo van recordando, ambos lo sienten tan vívido como si lo hubieran protagonizado apenas hace unas horas.
La pasión mutua por la música y el enamoramiento por esa ciudad, encuentra un fantástico hilo conductor que permite disfrutar este documental a la manera de las grandes películas.
Es cierto, que hay muchas películas que han mostrado a París a manera de visita guiada a una ciudad que muchos no conocen, Por solo nombrar algunas: "La invención de Hugo" ( Martin Scorsese, 2011), donde se exhibió a la capital francesa nevada y desde las alturas y que con una excelente calidad fotográfica, aunada a los efectos y lo impresionante planos, nos hace sentir que esta viendo un cuento."Amelie" (Jean-Pierre Jeunet, 2001), donde cuesta mucho no rendirse a los pies de la belleza del barrio parisino de Montmartre ,transitar el . Sacre Coeur, la cafetería des deux Moulins, la tienda de frutas y verduras del Sr. Collignon y no desear en algún momento de nuestras vidas caminar por sus calle. " Midnight in Paris" ( Woody Allen, 2011) , en donde Allen hace deambular a Owen Wilson por las calles del Barrio Latino de París y nos invita a soñar con vivir en los felices años 20 donde coexistían Buñuel, Hemingway, Scott Fitzgerald y otros grandes a los que el protagonista admira.
O quizas" Paris, Je t’aime" (Varios directores, 2006) en la que Los hermanos Coen, Isabel Coixet o Alfonso Cuarón nos pasean por emblemáticos barrios de París, desde Montmartre a la Bastilla, pasando por la emblemática Torre Eiffel o el mágico cementerio de Père-Lachaise. Como nexo de unión se nos contarán diferentes historias románticas y es que, como ya sabemos, París es la ciudad del amor. O tal vez «Antes del amanecer» (Richard Linklater 2004), en donde Ethan Hawke y Julie Delpy Diez años después,, se vuelven a ver en París con una promesa de reencuentro rota por el camino. De café en café, en los parques y en el Sena, la pareja protagonista desarrollan un guión en el que transforma a París en el lugar en que toda historia romántica es posible.

Vilas y Gaudio, nos llevan a través de las calles parisinas a compartir sus gustos musicales. Y en una disquería nos mostrarán la música con la que combatían el insomnio que les provocaba encontrarse ante el momento más grande sus vidas. También aquellas canciones con la que se perjuraron una revancha a través de las letras de Jhonny Cash, o como enterrar un desengaño amoroso con la música de  The Marshall Tucker Band.
La orillas del Sena, serán testigos de conversaciones acerca de los miedos y de los momentos en que uno siente que ya nada podrá arrebatarles el triunfo.
En un excepcional retrato de las vidas de dos grandes deportistas, en una ciudad que ello aman y que muy posiblemente nosotros no lleguemos a conocer nunca.
Para disfrutar la intimidad de dos grandes, en una ciudad que invita a suponer que todo es posible.

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