Lobos solitarios




"Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas, arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo,hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna, que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz,que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados,que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra, que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,..."
                                                             Fragmento de "Aullido" Allen Ginsberg (1957)

No se abrigan con chalecos explosivos, aunque un dolor adicional a los ya sufridos los pueda hacer implosionar. 
No reclaman por setenta virgenes; quizás en el máximo de su ambición anhelan una calma compañía, sin requerir  prolijos prontuarios de sábanas.
En la mayoría de los casos, con hijos que ya han comenzando la lenta pero inexorable  marcha de iniciar sus propias vidas,  en pleno combate por lograr una mínima conexión con ellos;  que sea distinta  a la de su vinculación con sus menguadas  billeteras.
Desencantados de las respuestas  hayadas a las preguntas que la vida subraraya con trazo grueso  y quizás mucho más hastiados de una pregunta que poco a poco se torna recurrente "Para que?", persisten aunque con fuerzas menguadas en recalcular la orientación del gps de sus días.
Sacrificados en el altar de los jamases; traicionaron y fueron traicionados, prometieron eternidad y se inmolaron en la fugacidad, abrazaron utopías y se enamoraron del cínico  desencanto, imaginaron un futuro ilimitado para terminar arrullados en la comodidad de la nostalgia de tiempos irrecuperables.
Han visto partir a casi todos los que los antecedían en la linea sucesoria, para caer en la ingrata cuenta en que se han transformado en los soldados de vanguardia de la primera fila.
Lo fumado, bebido e inhalado comienzan a pasar facturas de manera tal que los cambios hacia una vida más o menos saludable; no es una opción sino una obligación para estirar sus días de paso por el planeta. 
Obstruidos los poros por donde absorbieron tiempo atrás la marea de música, literatura y sentimientos que inundó sus almas, un loop permanente los hace bucear en la profundidades del pasado en búsqueda de un rescate emotivo.
Desclasados históricos, no fueron parte de cofradía alguna que tuviera un padre redentor que los bautizara en su juventud como maravillosos. Producto de esa orfandad, de igual manera pudieron escapar a ese filicidio generacional, que el creador de los días más felices de la patria patrocinó de manera clandestina.
Transitaron oscuros trabajos, facultades,cines, teatros, bares y prostíbulos en dosis complementarias o excluyentes.
Abrazaron vocaciones, imaginando que en ejercicio de ellas encontrarían una forma de cambiar mundo y la comprobación empírica de la razón por la cual las abrazaron. Los abrazó la rutina, los grises, la competencia sin reglas ni códigos, la monotonía y el aburrimiento.
Sus ídolos de  juventud comenzaron a morirse y se encuentran en la desgastante pelea interna de no rendirse ante el viejo axioma sobre las bondades del pasado.
La palabra enfermedad empezó adquirir otro sentido, y más que la obligación de reposo se transformó en la de pelear por sobrevivir.
Comenzaron a adquirir certezas a raudales, aquellas que sobrevienen con los años y que los enfrenta a la tarea de asumir con serena resignación que muchas cosas que soñearon ser y hacer no se transformaran en realidad por el tiempo ha expirado para concretarlas y  por que la carne ha dejado se estar firme y muestra sus flaquezas.
El futuro ya llegó hace rato, pesa demasiado y deprime. Reconocer los errores y reparar los daños infligidos puede ser una labor demasiado pesada, posiblemente puedan recurrir a la terapia para poder hacer frente a tan ciclope tarea y si eso no fuera suficiente existe algo como un once inicial de quimicos para combatir el descenso hacia la oscuridad: citalopram escitalopram fluoxetina, paroxetina, sertralina, amitriptilina, desipramina, imipramina, nortriptilina, venlafaxina duloxetina.
Han sido muy amigos de personas que dificilmente puedan reconocer en la actualidad como parte de sus afectos.

Han llegado hasta hoy como pudieron más que como quisieron.
Me cruzo con ellos a diario. Converso frecuentemente con esas personas, me reconozco cuando los observo. A tal punto punto, que soy uno de ellos.















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Comentarios

  1. Canta Alejandro del Prado: "Si algo ha cambiado, eso es nosotros / por suerte hermano, después de todo / sobrevivimos juntos a la gran pálida / mata podernos encontrar."
    Un abrazo

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  2. Les voy a contar algo sobre los lobos. Cuando cae la nieve y sopla el viento blanco, el lobo solitario muere pero la manada sobrevive. El verano es tiempo para riñas y altercados. En invierno tenemos que protegernos entre nosotros, darnos calor mutuamente, unir las fuerzas. Así que, si quieres odiar a alguien, odia a aquellos que nos harían daño. Sois diferentes como el día y la noche, pero por vuestras venas corre la misma sangre. La necesitas, y ella te necesita a ti. Y que los dioses me ayuden, porque yo os necesito.

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