Un viaje hacia los ochenta.

"Todos esperamos que un día, pese a todo, habrá una ocasión de redimirse. Una cosa tenemos en común: es la esperanza en el tiempo futuro. Ahí pusimos nuestras esperanzas cuando eramos jóvenes; ahí las ponemos ahora por otros motivos. El futuro es lo que une a los traidores y los fieles. Es el único lugar de encuentro que nos va quedando."
                                                                                                Periodismo & Blog 3,0


"Estamos en el mes de octubre de 2011, hace ya más de un año que deje, la cocaína y casi no bebo alcohol, abandoné las prácticas sexuales o estas me abandonaron a mí, sin despedirse me abandonaron el amor y las aventuras. Por las tardes me siento en un banco de la plaza Toro en el pueblo de Derqui y observo a los muchachos jugado con las patinetas y escuchando cumbia, los árboles desgarrados por el otoño, algún perro vagabundo tendido a mis pies... La mayor decepción es la de haber asistido al envejecimiento de todos mi amigos; el envejecimiento de Fito Paez, del Indio Solari, de Zito Lema. El envejecimiento de todas las utopías y de todos los sueños. Todo se convirtió finalmente en lo que fue tan solo el intento de sobrevivir al naufragio. La descomposición de una banda de rock, de una banda de locos,  de una banda de pistoleros, de una banda de ladrones de tiempo, de una banda de piratas que huyen de su propio destino trazado de que el rumbo no los alcance. Desde hace un par de años arrastro la sensación de haber terminado antes del final, mascullando el fracaso de los sueños. Porque "Cerdos y Peces" es como si la década del 70 de todos los milenios, de todos los siglos, de todas las eras y épocas resultara ser nada más que el gesto imposible de una promesa incumplida. Fuimos príncipes de la oscuridad y somos ciegos de la luz"

                                                                    Enrique Symns (Prólogo de "Lo mejor de                                                                             Cerdos y Peces")





La aparición de una nueva revista en las circunstancias actuales puede parecer insensata. De hecho, lo es. También es cierto que escucho hasta el hartazgo elocuciones y declaraciones que se anuncian a si mismas como sensatas y cuyos resultados están a la vista. Parece alocado pero un día, tener un proyecto y correr un riesgo, tanto personal como colectivo. Veo mucha gente paralizada, a la espera. De las dos formas de la locura posible, algunas personas y yo hemos preferido la aventura de una tarea y hemos logrado un acuerdo básico que acepta el disenso y por el cual emprendemos el camino contrario al habitual en la mayoría de las revistas, durante los últimos años. Que no nos ocupemos de los avatares de la sucesión presidencial no se debe solo a las características propias de un mensuario: nada puede modificar cuando las elecciones están suspendidas hasta nuevo aviso y tanta gente carece de participación.Por otra parte, parece que el país se sostiene (tan difícilmente) a través de esfuerzos individuales y privados, según la evaluación de cada persona y cada familia, según su imaginación y energía. Pero en el país y en el mundo, al margen del palabrerío y de las mezquindades del poder, suceden eventos y existen problemas que hacen a la vida de la gente y perfilan el futuro. Ciertamente, a este porteño le interesa mucho lo que vendrá y no es el porteño de la esquina con la ñata contra el vidrio. Quiere hacer otra cosa que la que hace Minguito y su barra de café y no le gusta estar amurado. No le gusta limitarse a la imagen folclórica ciudadana como si tantos millones de habitantes se conformaran con dejarse cebar el mate con la vieja. Nunca bastaron los clises, pero estimularlos y difundirlos hasta el cansancio se vuelve sospechoso. Para aclarar al lector: para nosotros son tan porteños, Rivero como Spinetta, el polaco Goyeneche como Borges. La revista fue diseñada según un procedimiento en el que interviene muy a menudo el azar. Des pues de conversar con un amigo y hablar del proyecto, pensé que todavía faltaba el impulso que eliminara todas las previsiones innecesarias y descubrí que la revista era una apuesta. Debía aceptar la casualidad en detrimento de la causalidad. Mezcle un mazo de cartas, corte y salieron, en una serie, varios números que me sirvieron para localizar un libro: Obstetricia. Tomé otra carta, que dio el ocho, “trabajo de parto”. Cuando un país está en una etapa que ofrece pocas certidumbres a sus ciudadanos, no esta mal reconocer que uno esta librado a fuerza no muy conocidas que los científicos podrán llamar probabilidad o inconsciente. Y la respuesta “trabajo de campo”, me produjo risa (la risa del descubrimiento) y no solo me pareció acertar un pleno en una ruleta simbólica, sino que empezó a definir alguna de las características que irá teniendo la revista. Asocie entonces parto con origen y decidí que teníamos que ocuparnos de las comunidades indígenas de la Argentina. No desde el punto de vista antropológico (que es otra tarea), sino informativo, contando, simplemente, como viven hoy quienes habitaban originariamente esta tierra, que ha pasado con sus culturas y sus identidades. Comenzamos con una pequeña expedición a El Impenetrable (Chaco), a cuyo influjo debo algunas de las sensaciones más fuertes de los últimos tiempos. Miguel Briante escribió el relato de viaje que puede leerse en este número y la fotografía estuvo a cargo de Alejandro Lutteral y Alfredo Baldo."
                                                                              Gabriel Levinas (Editorial del Nº 1 de la Revista                                                                                   "El Porteño")

En tiempos en que la efervescencia política nos consume, a nuestro entender hay que bajar un cambio. No porque perdamos un sueldo, o una posición. Sino porque la verdad solo la disputa le sirve a los de siempre, a los que han hecho plata con Alfonsín, Menem, De La Rua, Los Kirchner.
En estos tiempos tan modernos, y tan viejos; en que la mayor bandera de rebeldía es un discurso de hace cuarenta años repetido y reinventado por quebrados, comprados o tipos que vieron en los K la última posibilidad de subirse a un tren que como diría el viejo Dylan... partió lejos y hace tiempo. Nosotros en este post venimos a revindicar a la generación de los ochenta que tan negada parece que el protagonico absoluto se la lleva la de Sarmiento (porque creen tan facil de putear).
Nosotros hablamos de los ochenta del siglo veinte, para algunos de nosotros la mayor caldera creativa en los ultimos treinta años este país. De allí surgieron El Porteño, Cerdos y Peces, la primavera alfonsinista, el Parakultural, Cemento, Soda, Virus, Sumo, Baglietto y la trova, Fito, sobre finales de esa decada nacio Pagina 12. Este post es un homenaje a dos talentos, Gabriel Levinas y Enrique Syms, A diferencia de lo que pensaba Luca, y dandole la razón al cubano nosotros pensamos que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos. Los que te ayudan para no deprimirte son los modernos, que son mas viejos que La Razón de mi Vida. Homenaje a dos tipos que cruzaron los ochenta y vaya a saber por que putas zafaron posteamos un par de videos que valen la pena ser escuchados.





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