Vamos a volver

"...Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos
cuando no conseguimos la palabra justa..." 

Abrazo - Ruben Darío




Cuando los infinitesimales chats de Whattsapp se hayan evaporado de todos los servidores y con ellos los miles de emoticones que pretenden simular una cierta muestra de afecto.
Cuando todas las redes solo sirvan para quedar atrapados en palabras y fotos tan distantes y tan frías de las cuales difícilmente recordemos los motivos que las originaron.
Cuando todo lo volcado en Tinder y sus sucedáneos evidencien lo que en definitiva son, formas más o menos imaginativas de simular conectarnos con alguien.
Cuando el sentido de las palabras volcadas en una charla telefónica sea tan evanescentes y de las cuales ya no queden ni registro.
En el momento en que puedan percibir que ni todo lo mejor ni lo peor le pasa siempre a uno de Ustedes.
En en ese preciso y mágico instante en que las palabras lo complica todo, no dicen nada y asimismo los defiende de expresar sinceramente un sentimiento, en ese momento volveremos.
Cuando vuelvan a creer que lo mejor de todo lo que los anima solo sale a la luz en el encuentro con el otro, solo allí volveremos.
Sabemos que han abandonado la practica, que tienen los músculos duros y los brazos tiesos. Que no somos políticamente correctos, que los expone y los exhibe en el más realistas de los desnudos.
Cuando caigan en la cuenta que no hay algoritmo alguno que los exima de equivocarse sobre el destinatario,y carentes de cálculos de probabilidades aún sientan que vale la pena intentarlo, nos verán con mas asiduidad.
Cuando abandonen esa fascinación por asegurar el éxito de las historias, nos tendrán como el recuerdo de la máxima victoria; aunque la misma dure lo que solemos durar. Un instante.
Un instante sí. Fugaz y etéreo. Pero eterno e incandescente como el mismo infierno.
Revelados todos los trucos del marketing y de la magia, allí estaremos esperándolos. Para que recuperen la candidez y la inocencia, para volver a creer que es posible muchas más cosas de las que ustedes creen. Esas cosas que no producen intereses, ni pagan alquileres, ni permiten vacaciones. La inmaterialidad al palo, el rubor sin vergüenzas, los gemidos sin dolor y los gritos sin ira.
Nosotros abrimos las puertas a las caricias, la desnudez de las miradas y los extensos recorridos de los cuerpos. Por eso también sabemos que volveremos.

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