lunes, 10 de abril de 2017

Rezos Ateos







"El seguirte es dar ventaja
y el amarte sucumbir al mal.
No quiero abandonarte, yo,
demuestra una vez sola
que el traidor no vive impune..·

("Tormenta" Enrique Santos Discepolo)


El incrédulo eleva su rostro al cielo y hunde su incertidumbre bajo los adoquines.

Creyó, rompiendo todas sus reglas. Cursó invitación a que ella se sumara para compartir ambos el rito.
Los iluminó la pasión y el fuego. Los apagó las dudas, la desconfianza y el desconcierto.
Bebieron mutuamente todas sus risas, sus besos y las palabras.
Hoy, una profunda crisis de fe los invade.
Ella, decidió renegar de todos los salmos que tributan a la carne y el espíritu, partiendo de una noche para otra al territorio de las brumas. 
Al evaporarse dentro del territorio de la oscuridad y el anonimato, ese amplio lugar propio de las grandes ciudades, él se perdió en las tempestades de la rutina y la ofuscación.
Buscando un mártir para cada pecado, recorrió el santoral de las culpas y el abandono.
Confió en que aquellas palabras escritas por un checo, la regresen a esa esa religión compartida.
En su mochila quedó enganchada aquella pulsera como testimonio de las misas compartidas, y el rechazo al encuentro para su devolución pone en duda cual es el verdadero sentido de esa negativa. Aquel objeto torna su importancia según la mirada temporal con la que se vez. Nadie sale del mundo de la fe, sin una explicación
Quienes lo recibieron civicamente afectuosos en su regreso al mundo de lo terrenal, lo abrazaron con recetas que los invitan a la resignación y el olvido. Lo agobian esos abrazos, que lo asfixian de consejos políticamente correctos.
Se apegó a fe para dejar de tener viejas certidumbres , pero quedarse sin respuestas también forma parte de ese paraíso acrata.
Ella se refugió en la indiferencias y los libros, tan firme en sus dudas y endeble en sus certezas.
La distancia la provee de un escudo al cual duda dejar parado. Cuando las fuerzas y las ganas menguan, lo alimenta en su fortaleza con un nosotros exclusivo.El escribe describiendo vacilaciones para buscar respuestas que no encuentra en las palabras, ni en otras compañías. Y se convence que la fe no ha muerto, compartiendo lo que alguna vez Tolstoi escribió sobre ella "No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo."
No renunciar a la fe, y por ende a ella, es la única posibilidad de creer la victoria de los creyentes



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