"Muero como he vivido, por encima de mis posibilidades"
Oscar Wilde
No quiero reprocharte nada. Disculparme, tampoco está en mis planes.
Tengo miles de traiciones y escasas lealtades. De ambas, les dejo a la opinión a los demás.
No puedo llevar el tiempo atrás. Nada de lo que diga cambiará las cosas.
Tengo poco tiempo, tan poco que estas líneas serán todo mi descargo.
Odio el whatsapp y aún más odio un mensaje de treinta palabras enviado en quince renglones. Los ringtones convertido es una canción eterna, fastidiosa, asfixiante.
Odio que me invadan las veinticuatro horas a través de todos los medios posibles. Whatsapp, Messenger, Instagram, Threads.
Odio los audios superiores a treinta segundos. Nada que merezca ser escuchado, para felicidad o tristeza, excede ese lapso de tiempo. Si así lo necesitara , llamame por teléfono.
Ya no quiero discutir ni llegar a acuerdos sobre si la educación,la salud pública, la ayuda a los más necesitados o las vacunas son necesarias.
Renuncio a elaborar construcciones teóricas para justificar a un pelotudo o a un hijo de puta.
Huyo de las capillas que ayudan a exculparse a quienes no pueden justificar ni siquiera el blanco de sus declaraciones juradas.
Me resisto tercamente renunciar a poner las neuronas en movimiento de manera previa a ejercitar la lengua.
Desisto en quedarme cómodo en algún espacio para vanagloriarme, desde la superioridad moral, no haber cambiado de ideas.
Me gusta el café caliente, para dejarlo enfriar frente a mí. Los baristas me chupan un huevo.
Amo el humor negro, las disculpas las dejaré testadas,.
Lamento no haber llegado a tiempo a los clásicos de la literatura. Iré por ellos, contra reloj, desafiando a los relojes.
Llegué a destiempo a los grandes sentimientos, moriré haciendo girar los platos y los relojes en el aire. Toda palabra dicha o escrita me condena, en pequeños lapsos al paraíso y en la gran mayoría al averno.
Quedé anclado en los soportes. El diario y los libros, son de papel. Las películas, en el cine. La música contenida en algo que pueda ser cuidado y mimado. Las fotos, impresas; aunque solo pudiera volverlas a ver una vez en la vida.
Miento compulsivamente, y cerca del final, el antídoto no me ha sido provisto. He sido amado, sin haber estado nunca a la altura de las circunstancias.
El fútbol, me arruina o ilumina la semana. No puedo evitarlo, de mis adicciones varias es la que mejor sobrellevo.
Ya está, esto es todo lo que tengo por decir. Quizás esto se siga escribiendo, hasta llegar a la última página.

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