lunes, 11 de abril de 2011

Las dos caras del olvido

La Unión Europea se encuentra discutiendo con mucha fuerza, establecer en la legislación comunitaria, la potestad de los usuarios de redes sociales a ser dueños de la información que los mismos van subiendo a la red. En la practica  cada uno de los usuarios de Facebook, Twitter, Hotmail, Google, etc.., al subir una foto de familia, publicar su estado civil, citar sus estados de animos o nombrar sus amigos o enemigos; renuncia casi de manera inconsciente a toda posibilidad  de que esa información pueda ser eliminada de la web. Aun cancelando las cuentas; toda aquella información quedará dando vuelta por "la nube"; quedando solo al arbitrio de los dueños de los servidores a que la misma alguna vez desaparezca. La memoria del siglo XXI , se ha vuelto casi inabarcable. Los poderosos siempre han influido para que la memoria colectiva, pueda ser manipulada en función de sus intereses. Los pueblos siempre han librado duras batallas para que la memoria sobreviva, ya que siempre la intención ha sido vencer el ocultamiento de masacres, persecuciones, y el avasallamiento de distintas culturas y religiones. De esos ocultamientos historicos a este exhibicionismo de la vida individual.   
A esta intención de regular otro espacio de la memoria, han reaccionado negativamente los dueños de la información. Los dueños  de las redes han pegado el grito en el cielo, ante la intención de permitirle a aquel finlandes, borrar aquella foto en la que se lo veía perdidamente enamorado de esa francesa, de la cual estuvo perdidamente enamorado y que hoy; a dos años de aquella foto; no quiere tener ningún objeto que le permita volver a pensar en ella.
Con el logico cinismo de los poderosos, Obama , en su ultima visita a Chile, relativizo la influencia que tuvo su país en el golpe militar de Chile, invitando a los trasandinos a empezar a olvidar su dictadura para poder alcanzar un próspero futuro  vinculado al libre comercio. Sarkozy decreta el olvido de su amistad con Khadafy, para permitir bombardear a gusto Libia, en búsqueda de un nuevo combatiente por la Libertad. Las potencias europeas en su conjunto quisieran que el olvido enterrara en un pozo, su indiferencia ante las limpiezas étnicas producidas en Bosnia. Putin preferiría que la amnesia impidiera saber de las matanzas en Chechenia.

Rara esta ecuación en la que solo al Poder le es permitido el olvido, y deja Linus de Oslo, a María de Madrid, a Peter de Edimburgo; sin posiblidad de guardar aquellas cartas, desterrar de lugares visibles aquellas fotos, y retirar algunos dichos del conocimiento publico; para que pueda descansar solo en el país de los recuerdos personales; a resguardo de la voluntad de las empresas.

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