lunes, 19 de abril de 2010

SOPORTES

He tenido que mudar mis emociones a través de la mayoría de los que el hombre ha creando hasta la fecha. Cuando aún los cambios no eran tan vertiginosos, y había tiempo para hacernos tiempo; pude disfrutar de ellos con más intensidad. El paso de los años hizo que, ante uno nuevo debiera invertir para recuperar los recuerdos, que se habían grabado de una manera única e irrepetible en la forma de aquel que me había hecho descubrir “esa” canción.
Vinilo, cassette, C.D., DVD, MP3, MP4, BLUE RAY...Salvo los discos de pasta, que conocí por la vieja que atesoraba alguno cuando ya no había nada que los reprodujera, y los magazine que conocí por el Tío Negro que era el único potentado de la familia que por los setenta tenía auto; he escuchado música en todos los formatos del siglo XX mas los que hasta ahora han inventado en lo que va de este.
En cada uno de ellos, han anclado imágenes que le han dado cuerpo a los sonidos. El “Some Girls” de los Stones, fue mi primer vinilo. Lo compre a fines de los setenta cuando Jagger y Cía ya eran viejos. Las pistas de “Te extraño” fueron ensanchadas hasta el infinito de tantas pasadas en las siestas de Piñeyro. Con el cassete, y el auge de los radiograbadores, la cintas de Sui Generis eran aptas para ser parte de los tallarines de Delia en cualquier domingo, tenían el estiramiento perfecto.
Recuerdo a aquel diciembre, preparando matemáticas, en el cual no se sabia que lo que se repetía más; si “Natalio Ruiz” o los errores de G. y mios en la resolución de las ecuaciones. Tenían la rara particularidad de reproducir mejor un vinilo grabado, que un cassete con la obra original.
El matrimonio con las bic, para la ceremonia del rebobinado manual, formaban parte del ritual que hacía de nuestras recopilaciones en los TDK, piezas únicas.
Poco a poco los sonidos de aquellos cassetes, se hicieron cada vez mas graves (imitando el nivel de los problemas que iban apareciendo al crecer, al empezar a trabajar, al empezar a enamorarse, al empezar a desenamorarse, al empezar a lastimar, al empezar a ser lastimado....)
El CD renovó los oídos, para escuchar con nuevos decibeles, viejas melodías. Preparado, para no ser sorprendido por saltos inesperados ni trabas con cabezales, nos obligo para escucharlos a la compra de nuevos aparatos. La impresionante reedición de toda la musica hasta ese momento editada, nos llevo a volver a esas canciones y descubrir viejas canciones.
El MP3 me aseguro compañía, por ser la computadora junto a la cocina y la heladera, lo quedo de la separación. Allí conviví con Baglietto, Sabina y Paez demasiadas noches compartiendo botellas. De ahí al Ipod o la musica en celulares hay como medio minuto. Con el MP3 se produce hechos paradójicos, esta toda la musica, la que escuchaste, la que quisiste escuchar, la que no te imaginaste nunca que existiera, la que quisiste tener, la que te hubieras imaginado aborreciendo al escucharla; la duda es para que?
Es raro, siempre tendré canciones que seguiré escuchando en mi memoria en algunos de ellos,, mis soportes, con la particularidad de cada uno de ellos. Aunque ,y a costa de sonar remanido, debo reconocer como lo dice el Maestro Del Prado, fui cocinado en un menú hecho con frituras de vinilo.

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