El reclicaje, un elemento tóxico.
Se conocieron y se deslumbraron mutuamente. De forma fatídica, vivieron ese romance adolescente en un momento de un país, en el cual el delito más castigado era el deseo. Ella no podía darse el lujo de perder la virginidad a manos de un impresentable para su familia. El no podía creer que, acariciar parte de su cuerpo pudiera ser su mejor logro afectivo. Siempre fueron personas que no podían encontrarse, pero el amor hace cosas raras. La lógica logró otro victoria, y el romance fue lo fugaz que la cordura indicaba. El tiempo agiganta, y embellece historia. También separa a la gente, de manera tal que muchas veces (la mayoría) un nuevo encuentro queda afincada en el continente del que pasaría si. Internet, las redes sociales han puesto ese paradigma en duda, y en muchos casos lo ha destrozado. Ciertamente los pensamientos en un domingo por la tarde recordando a alguna persona y no tener ninguna herramienta para encontrarla; en la que lo que los únicos elementos pueden ser agenda